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Aprender a vivir con el coronavirus es un reto que nunca antes las sociedades se habían planteado. La disyuntiva entre protegernos del contagio y la necesidad de trabajar y mantener activa la economía nos ha llevado a vivir circunstancias inéditas. Los crecientes conocimientos en relación con este agente viral son una de nuestras herramientas más útiles para enfrentarlo.
¿Cómo vivir con el coronavirus hasta que haya una vacuna?
Para prevenir el contagio hemos debido modificar la mayoría de nuestras rutinas. Actividades como acudir a los centros de trabajo, ir a comprar o salir de vacaciones no volverán a ser lo mismo hasta que se desarrolle una vacuna eficaz y se aplique de forma masiva. Una precaución que puede ayudarnos a tener tranquilidad es contratar un seguro de salud.
Confinamiento
Esta medida se ha venido relajando de forma gradual con el aplanamiento de las curvas estadísticas. Sin embargo, las personas mayores de 65 años y quienes presentan enfermedades que aumentan el riesgo deberán permanecer en sus casas. Las demás personas se irán incorporando gradualmente a sus actividades.
Centros de trabajo
Siempre que sea posible es preferible mantener el teletrabajo, que nos permite trabajar preservándonos del contagio. Donde no sea factible, se pueden aplicar el distanciamiento y los turnos rotatorios. Son imprescindibles los test para detectar a las personas contagiadas entre los trabajadores, la disponibilidad de gel alcoholado para desinfección de las manos, la ventilación adecuada y la limpieza de las superficies que puedan estar contaminadas.
Ocio y tiempo libre
El respeto por los horarios establecidos para salir a la calle es una medida muy importante para evitar las aglomeraciones donde el coronavirus puede diseminarse con gran velocidad. El distanciamiento social y el uso de mascarillas deberán observarse en lugares como gimnasios y terrazas. Los viajes se verán por ahora limitados a los de proximidad, para evitar tomar aviones, que por el momento no cuentan con las medidas de seguridad mínimas.
Pautas que debemos adoptar en nuestras vidas para protegernos
La responsabilidad individual es fundamental para contener la pandemia por la COVID-19. Para ello es necesario que cada uno de nosotros acate las medidas dictadas por las autoridades sanitarias.
Lavarse las manos con frecuencia
El lavado de las manos es fundamental, pues evita que nos contagiemos al tocarnos la cara o contaminemos los objetos y superficies. Debe hacerse correctamente, utilizando alcohol o agua y jabón. El tiempo necesario es 15 segundos o más y si se trata de un producto con alcohol, las manos deben frotarse hasta que se evapore totalmente.
Distanciamiento social
La distancia mínima entre las personas debe ser de un metro y si hay alguien enfermo, con fiebre o tos, esta precaución debe extremarse. Debemos evitar las aglomeraciones en cualquier circunstancia, pero especialmente en espacios estrechos como los ascensores.
Higiene respiratoria
Es imprescindible contener las gotas de fluido que salen despedidas al toser o estornudar. Debemos hacerlo en el pliegue del codo o cubrir la boca y la nariz con un pañuelo desechable que descartaremos para lavar las manos de inmediato.
Uso de guantes
El uso de guantes puede crear una falsa sensación de seguridad. Si está contaminado no protege y puede contagiarnos al tocamos la cara. Por otra parte, usarlo dificulta el lavado de las manos, que es una medida mucho más eficaz.
Uso de la mascarilla
Existen diversos tipos de mascarillas, pero para todos aplican las mismas recomendaciones. Antes de ponérselas y después de quitárselas hay que lavarse las manos adecuadamente. Al colocarlas, debemos tocar solo las tiras que se usan para sujetarlas: nunca se deben tocar en la parte central.
Deben ajustarse totalmente, sin dejar aberturas a los lados, y cubrir la nariz, la barbilla y la boca. La mascarilla no debe utilizarse si está rota, mojada o sucia. Si se puede lavar, hay que usar agua caliente y jabón y debe estar totalmente seca antes de volverla a usar.
Desinfección contra la COVID-19
Los hogares, el transporte público, las áreas comunes de los edificios y los centros de trabajo deben ser desinfectados. Durante estas labores debemos usar guantes, mascarilla y ventilar bien los espacios. Los productos de limpieza de uso doméstico que contienen amoniaco o cloro suelen ser eficaces contra el SARS-CoV-2 si se usan en la dilución indicada por el fabricante.
Hay que limpiar todas las superficies que se tocan con frecuencia, como los botones de los ascensores, las puertas, los picaportes, los interruptores de luz, los respaldos de las sillas, las mesas, los mandos a distancia, el fregadero, las piezas sanitarias de los baños y los grifos, el móvil, el ratón y el teclado.
Debemos aprender a vivir con el coronavirus, pues ha alterado todas nuestras rutinas. La responsabilidad de cada ciudadano en la observancia de las normas es una parte fundamental de la prevención.
