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Pautas para prevenir la deshidratación en verano

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Para que el cuerpo funcione correctamente, es fundamental mantenerlo bien hidratado. Ahora que suben las temperaturas, la posibilidad de deshidratarnos aumenta considerablemente. Por eso, es importante tener en cuenta una serie de pautas para evitar desagradables consecuencias, como mareos, hormigueo, dolor de cabeza e incluso dificultad para andar y cansancio. ¿Cómo podemos prevenir la deshidratación en verano? Seguidamente, damos unas recomendaciones básicas.

Salud en verano: consejos para prevenir la deshidratación

Prevenir la deshidratación en verano es muy sencillo. No tenemos más que aumentar nuestra ingesta de líquidos, evitar el sol y el calor y no mucho más. Vamos a ver cada uno de estos puntos con mayor detenimiento.

La ingesta de agua, una de las claves principales

Es imprescindible aumentar la ingesta de líquido para prevenir la deshidratación en verano. Los especialistas recomiendan entre dos y tres litros diarios distribuidos a lo largo de todo el día, aunque depende de cada persona. Lo mejor es consultar al médico en cada caso.

Si nos cuesta beber agua, podemos optar por tomar sopas frías (como el gazpacho), infusiones o helados caseros a base de zumos de frutas. También podemos obtenerla a través de un mayor consumo de frutas y verduras ricas en agua. Entre las frutas, destacamos la sandía, la ciruela, la manzana, la fresa y el melón. Respecto a las verduras, podemos elegir el canónigo, la lechuga, el calabacín o el pepino.

Por otro lado, hay muchas personas que optan por el café o las infusiones para hidratarse. Pero es importante que no abusemos de ellas, ya que tienen efecto diurético.

Asimismo, es muy aconsejable beber con mucha frecuencia. Para ello, debemos llevar siempre una botella de agua en el bolso y tener siempre un vaso de agua en la mesa de trabajo o en la sala mientras vemos la televisión. No hemos de entender por líquidos para hidratarnos el alcohol ni las bebidas azucaradas.

Hay que tener especial cuidado con el sol y el calor

El sol es una de las principales causas de deshidratación. Por eso, siempre que salgamos a la calle, tenemos que llevar protector solar o maquillaje con protección solar, gafas y una gorra a las horas de mayor incidencia.

También debemos optar por caminar por las zonas más frescas y con sombra y evitar los largos paseos por parques o mercadillos que no estén asombrados. Asimismo, se ha de intentar no salir a las horas en las que los rayos solares inciden con mayor fuerza. Tampoco debemos quedarnos en lugares donde hace mucho calor, como el coche. Y no menos importante: en verano hay que usar prendas holgadas y de color claro.

Si estamos en casa, debemos emplear las persianas y cortinas y poner el ventilador o el aire acondicionado, aunque no conviene abusar de este último.

Atención en la playa

En la playa, con el exceso de sol y calor, nos podemos deshidratar fácilmente. Por eso es básico que nos pongamos crema solar con un alto factor de protección, que bebamos agua y nos mantengamos la mayor parte del tiempo debajo de la sombrilla y con una gorra. Debemos evitar acudir a la playa entre las 11 de la mañana y las 4 de la tarde, ya que es cuando más aprieta el sol.

Y si vamos a hacer deporte...

Al realizar deporte sudamos y, por lo tanto, el organismo puede deshidratarse con mayor facilidad. En este sentido, hemos de evitar realizar actividad física en horas punta e hidratarnos antes, durante y después de la práctica deportiva.

Ojo con los grupos de riesgo

Las mujeres embarazadas, los bebés y los niños, los ancianos y las personas con ciertas patologías son más propensos a sufrir una deshidratación.

Los ancianos no perciben la sensación de sed como nosotros. Además, orinan más y suelen tomar ciertos medicamentos que pueden provocar deshidratación.

Los bebés y los niños pequeños suelen perder más líquido como consecuencia de diarreas y vómitos, entre otros problemas. Por otro lado, el mecanismo que les avisa de que tienen sed aún no está del todo desarrollado. Por eso, y más si cabe si no toman leche materna, es esencial darles agua con frecuencia.

Es crucial que les recordemos con frecuencia la ingesta de líquidos o hacerles beber delante de nosotros y evitarles el sol. También es bueno que les pasemos un paño húmedo por frente.

Las mujeres embarazadas sufren a veces náuseas y exceso de sudoración, lo que les lleva a una pérdida de líquido. No podemos olvidar la necesidad de hidratarse bien durante todo el periodo de gestación y, especialmente, en verano.

Y, por supuesto, un seguro médico

No obstante, es bueno que contemos con un seguro médico, ya que así las consultas no tienen demoras y, en caso de deshidratación, nos atenderán rápidamente.

Ahora que sabemos cómo prevenir la deshidratación en verano, no lo olvidemos para disfrutar de buena salud en verano.

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