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¿Qué es realmente una dieta blanda?

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La dieta blanda es una de las opciones de alimentación cuya definición exacta sigue sin ser demasiado clara. Los expertos en nutrición la recomiendan para algunas enfermedades y su tratamiento, pero el paciente no siempre sabe en qué consiste. A continuación, se procede a definirla y a exponer sus características principales.

¿Qué es una dieta blanda?

Por lo general, es la que recomienda el médico tras un problema digestivo o tras una cirugía. Se caracteriza por estar formada por alimentos cuya deglución y digestión no suponen esfuerzo alguno para el organismo. Se caracteriza por:

El tipo de preparación de los platos. Por lo general, los alimentos se preparan cocidos, a la plancha o al vapor.

La ausencia de grasas. Las mismas son de complicada digestión y pueden aumentar la secreción de jugos gástricos que es, precisamente, lo que se quiere evitar con este tipo de dieta.

No se utilizan especias o condimentos para mejorar el sabor de los platos.

Se eliminan los alimentos fritos y el uso de salsas para proteger al máximo el aparato digestivo durante un tiempo determinado.

Los expertos aconsejan su práctica durante unas 48 o 72 horas. Tras este tiempo, se debería ir introduciendo alimentos diversos hasta volver a la dieta habitual. Es esencial recordar que, si tras la dieta blanda el paciente no admite otro tipo de alimentos, se debe ir al médico inmediatamente.

¿Cuáles son los alimentos que se incluyen en una dieta blanda?

Antes de proceder a su comentario, es necesario indicar que la comida durante esta dieta ha de servirse siempre a una temperatura media o baja para evitarnos alteraciones en el aparato digestivo. Es necesario comer cinco veces al día, pero siempre en cantidades de pequeño tamaño.

Cada bocado hay que masticarlo hasta veinte veces. Comer despacio es muy recomendable para facilitar la digestión y evitar la entrada de aire. Reposar durante unos minutos tras la comida ayuda a que la digestión sea más sencilla para el organismo. Entre los grupos de alimentos que pueden protagonizar esta dieta destacamos los siguientes.

Carne y pescado

Se recomienda el consumo de carne magra como el pollo, el pavo o el conejo siempre que se preparen a la plancha o al vapor. El pescado blanco ha de prepararse de igual forma. No está permitido el consumo de embutidos grasos, conservas, pescado azul o carne roja.

Leche y derivados

Ha de ser siempre desnatada. El requesón y el queso fresco pueden formar parte de esta dieta. No se recomiendan los postres industriales como el flan o las natillas aunque sí se pueden tomar si se preparan en casa.

Féculas y cereales

Han de ser siempre refinados lo que permite añadir a la dieta alimentos como la pasta, el arroz (blanco y cocido), el pan blanco, los biscotes, las galletas más básicas (tipo María) y las patatas (cocidas o en puré). No se aconsejan las harinas integrales, la bollería industrial y el arroz de platos preparados.

Huevo

Puede tomarse pasado por agua, escalfado o en una tortilla francesa. Se debe evitar si está cocido o frito. Dependiendo del paciente, puede ser conveniente preparar la clara primero y luego la yema dado el nivel de grasas de esta última.

Verdura

Se debe evitar toda aquella que genera flatulencias (brócoli, cebolla, col y coliflor) y el tomate por su acidez. El resto es apta para la preparación de caldos y purés.

Legumbres

Si bien no se pueden eliminar de la dieta dadas sus propiedades nutricionales, sí habría que reducir su ingesta. En pequeñas cantidades y siempre en forma de puré pasado por un tamiz es posible tomar judías, lentejas y garbanzos cocidos previamente en casa. Los de origen industrial incluyen conservantes poco aconsejables.

Bebidas

Solo se permite el consumo de agua, infusiones naturales (excepto el té), zumos naturales de frutas que no sean ácidas y leche desnatada. El alcohol, los refrescos, los zumos de cítricos, el café y las bebidas energéticas no deberían formar parte de la dieta blanda.

Fruta

Se aconseja cocerlas o tomarlas en compota. Solo se pueden tomar crudos los plátanos y las frutas no ácidas maduras.

Grasas

Solo se permite el consumo de grasas como base para la preparación de los platos. La mejor opción es el aceite de oliva aunque también podrían tolerarse pequeñas cantidades de mantequilla o margarina.

¿Qué tipo de alimentos o preparaciones deben evitarse?

Es muy aconsejable no consumir ninguno de los siguientes alimentos:

- Chocolate.

- Salsas de cualquier tipo.

- Los aperitivos de bolsa como las patatas fritas, las cortezas y similares.

- Los encurtidos como los pepinillos o las guindillas en vinagre.

- Los alimentos que contengan demasiada cantidad de azúcar o que estén aderezados con especias.

Es necesario indicar que a todo lo anterior se debe añadir que el consumo de tabaco tampoco es recomendable dado su aporte en tóxicos al organismo. El daño que produce cada cigarrillo va más allá del aparato respiratorio y termina afectando también al aparato digestivo.

¿Cuándo se ha de dar por terminada la dieta blanda?

Cuando el organismo tolere alimentos preparados de forma diversa sin que se produzca ningún tipo de reacción adversa como los vómitos o la diarrea. Es muy adecuado tener en cuenta que este tipo de dieta protegerá al estómago de posibles amenazas durante su duración.

También se debe subrayar que una dieta de estas características no debe ser pobre en ningún grupo de alimentos de los arriba indicados. En la variedad está el secreto para conseguir que nuestro cuerpo pueda nutrirse correctamente sin tener que afrontar un estado carencial de nutrientes que podría complicar la recuperación.

Así, la dieta blanda puede ser muy apropiada para aprender a comer mejor y para recuperar el sabor original de muchos alimentos que se consumen de forma recurrente. Todo sea por mejorar el funcionamiento del aparato digestivo y para superar cualquier dolencia con las máximas garantías.

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