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Recomendaciones para reducir las alergias en casa

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Las alergias son una afección muy común en todas las edades. Sin embargo, el hecho de que sean frecuentes no quiere decir que no provoquen grandes molestias. En este artículo nos centramos en cómo afectan las alergias a la vida cotidiana, concretamente a las que podemos sufrir en casa. Además, proporcionamos consejos de utilidad para reducir la afección.

¿Qué alergias podemos sufrir en casa con mayor probabilidad?

En primer término, los ácaros al polvo son grandes agentes alérgenos. En todo sitio cerrado se tiende a acumular el polvo, dando lugar a los ácaros, que se multiplican en entornos cálidos y húmedos. A su vez, se alimentan de las escamas que nuestra piel va desprendiendo.

Por otro lado, numerosas personas son alérgicas a los animales domésticos, principalmente a los gatos y a los perros. En este caso, se debe a las proteínas presentes en la orina, la caspa y la saliva de estos animales. Al permanecer en el pelo de las mascotas, pasan a expandirse por toda la vivienda.

De igual manera, no debemos olvidar que la humedad hace que proliferen los hongos. Estos se reproducen por medio de esporas y permanecen en suspensión en el aire. Asimismo, tienden a estar presentes en filtros de aire acondicionado y otros elementos húmedos. Posteriormente, son inhalados por las personas.

Por su parte, el moho está presente sobre todo en zonas húmedas, como el baño. Al desprender esporas, es inhalada por las personas y da lugar a problemas respiratorios. También es muy frecuente ser alérgico al látex, que está presente en numerosos objetos cotidianos (guantes, colchones, etc.).

¿Cómo prevenir las alergias en el hogar?

A continuación, damos a conocer algunos consejos para reducir el riesgo de padecer estas molestias en casa:

- Limpieza a fondo: hay que eliminar el polvo de todas las superficies con un paño húmedo. Se debe llevar a cabo este proceso con una frecuencia semanal para evitar que vuelva a acumularse.

- Utilizar una aspiradora: debe hacerse a diario por el suelo de todo el hogar para eliminar los restos de polvo que hayan caído tras limpiar las superficies. Preferiblemente, emplearemos una que tenga filtro HEPA, pues también recoge las partículas microscópicas.

- Eliminar los elementos con fibra: en la medida de lo posible, no tendremos alfombras, peluches, mantas de fibra y demás. Así, evitaremos que proliferen los ácaros.

- Controlar la humedad: hay que procurar que la vivienda esté siempre en torno al 50 % o 60 % de humedad. Si supera ese rango, una buena opción es comprar un deshumidificador que mantenga el ambiente un poco más seco.

- Tener cuidado con las mascotas: deben estar alejadas de los dormitorios. Además, se debe emplear frecuentemente la aspiradora para eliminar el pelo y la caspa que van soltando.

- Proteger la ropa de cama: esta es una de las superficies que más ácaros contiene. Lo primordial es cubrir colchones, almohadas y mantas con fundas antiácaros. Además, deben cambiarse cada poco tiempo.

- Reemplazar los textiles: los tejidos naturales, como la lana o la pluma, tienden a acumular mayor cantidad de polvo. En su lugar, apostaremos por materiales sintéticos para la ropa de cama y la cobertura de los sofás.

- Lavar la ropa de cama: todas las coberturas (fundas de almohada, mantas, sábanas, edredones, etc.) deben lavarse con agua caliente a unos 50 ºC al menos una vez en semana.

- Cuidado con la primavera: cuando se acerque la temporada de polen, debemos mantener las ventanas cerradas para evitar que sus partículas entren en nuestro hogar. Como alternativa, es mejor utilizar aire acondicionado.

- Reubicar las plantas: la tierra de las macetas es una gran fuente de moho. Por ello, recomendamos colocar grava para acuario encima o, directamente, cambiarlas de lugar.

- No utilizar la chimenea: si se trata de una chimenea de leña, es mejor dejar de usarla durante los meses de primavera u otoño, o cambiarla por una de gas natural. Esto se debe al humo que expulsa, que empeora la situación de las vías respiratorias.

- Controlar la humedad del frigorífico: es uno de los lugares donde más moho aparece. Aconsejamos limpiar la bandeja de goteo frecuentemente y desechar los alimentos que tengan moho.

- Renovar las paredes del baño: el papel de pared acumula una cantidad enorme de humedad, especialmente en habitaciones ya de por sí húmedas como el baño. Una buena idea sería cambiar este papel por azulejos o emplear pintura esmaltada antimoho.

- No fumar dentro de la vivienda: el humo que se expulsa al fumar tabaco provoca un empeoramiento considerable en los sistemas respiratorios, dando lugar a una mayor incidencia de cualquier afección.

En definitiva, evitar las alergias en el hogar requiere un trabajo cotidiano de limpieza, desinfección y un cambio de hábitos. Sin embargo, es algo muy sencillo de llevar a cabo, pues la mayoría de agentes alérgenos son eliminables con simples acciones. En caso de agravarse, recomendamos contar con un seguro médico para recibir tratamiento adecuado.

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