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¿Cómo se aplica la traumatología al ámbito laboral?

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La traumatología es una de las disciplinas médicas más relacionadas con el ámbito laboral y la salud. Y esto es debido a que en los trabajos físicos donde hay riesgo de que se produzcan accidentes, esta rama de la Medicina tiene mucho trabajo por hacer. En este artículo hablamos precisamente de los principales problemas asociados en el ámbito laboral, de la necesidad que existe de que la atención sea especializada y de la prevención, una de las áreas más importantes para evitar lesiones.

Principales problemas de traumatología en el ámbito laboral

En primer lugar, vamos a comenzar definiendo qué es la traumatología. Esta especialidad médico-quirúrgica se encarga tanto de la operación como del tratamiento y seguimiento de todas las lesiones relacionadas con el aparato locomotor. A pesar de que los traumatólogos también se encargan de lesiones no traumáticas (como las congénitas o degenerativas), en este apartado vamos a centrarnos únicamente en aquellas asociadas al ámbito laboral. Esto supone que únicamente hablaremos sobre las que se producen de forma puntual como consecuencia del desempeño del puesto de un trabajador.

Ahora bien, existen dos variantes claras, las lesiones que se caracterizan porque el paciente tiene un dolor intenso, pero puede seguir realizando sus funciones de un modo más o menos eficaz, y las lesiones traumáticas en las que se pierde temporalmente la función de algunos miembros. Si el traumatismo es intenso, es posible que la función se pierda de forma casi permanente, pero en cualquier caso se espera siempre que haya una mejoría tras el accidente, y por ello la rehabilitación juega un papel fundamental.

Los tipos de problemas traumatológicos que se consideran dentro de la sección laboral son los siguientes:

- Fracturas. En este caso estaríamos hablando de una rotura de un hueso, originándose una discontinuidad. Generalmente, se debe a golpes, caídas o tracciones que consigan originar un problema en la elasticidad propia del tejido óseo.

- Luxaciones. A diferencia del caso anterior no tienen por qué darse roturas, sino que la lesión se caracteriza porque un hueso pierde su posición en la articulación en la que se encuentra. Es una dislocación y cambio de posición que hay que recolocar y que trae un dolor asociado.

- Dolores asociados a la zona músculo-esquelética. El caso más conocido es el de la lumbalgia, que se caracteriza por un dolor muy intenso relacionado con la columna vertebral, pero en él no se producen ni luxaciones ni fracturas. Están relacionados con los nervios y un mecanismo neurológico que deriva en dolores.

Estas tres posibilidades de lesión tienen lugar fundamentalmente en la cintura escapular, el codo, el antebrazo, la mano o la muñeca. También es muy frecuente que aparezcan en la columna vertebral, la pelvis o la cadera. En cuanto a los miembros inferiores, destacan en la rodilla, el muslo, el tobillo o el pie.

Por último, destacaremos la importancia que tienen procesos degenerativos o inflamatorios, así como los que se derivan de vibraciones mecánicas. Esto es muy frecuente en trabajadores de la construcción y deriva en importantes problemas relacionados con el aparato locomotor.

Necesidad de atención especializada

Como hemos podido observar, las lesiones traumáticas asociadas a los empleos pueden ser muy variadas y diferentes. Por eso, contar con una atención médica especializada es fundamental para asegurar la salud del trabajador.

Esto suele conseguirse fácilmente con seguros médicos que cuentan con expertos en medicina traumatológica y que atienden a los trabajadores desde un primer momento. Si se hace siguiendo esta línea, será más fácil determinar la importancia de la lesión y la forma de actuar tras el accidente, lo que sin duda mejorará la recuperación.

La prevención, indispensable

Estamos bastante seguros de que muchas de las lesiones que se producen en este ámbito tienen lugar por descuidos e incluso por errores en la prevención. Hoy en día, las máquinas son más seguras que nunca y además los Equipos de Protección Individual (EPI) reducen enormemente la posibilidad de sufrir accidentes.

Sin embargo, no todo el mundo los utiliza correctamente. Por eso, confiamos en la prevención como la clave indispensable que permitirá reducir enormemente los accidentes. Así, prevenir tiene dos líneas de trabajo que son muy interesantes. Por un lado, estaría la prevención que los trabajadores y responsables pueden llevar a cabo sin la intervención directa de un médico. Por otra parte, estaría la prevención de lesiones mayores, tratando con profesionales de la fisioterapia o la traumatología de forma periódica.

En el primero de los casos, nos estaríamos refiriendo a la seguridad en la empresa, a través de la vestimenta (EPI), maquinaria novedosa y revisada o protocolos probados por autoridades especializadas en seguridad laboral. Esto serviría para disminuir traumatismos puntuales, como caídas o amputaciones. Por ejemplo, en los movimientos vibratorios de alguna maquinaria, utilizando unos guantes especializados se consigue que el efecto final sobre los huesos y los músculos se reduzca de forma importante y no se den más adelante problemas crónicos.

Por otro lado, cuando intervienen los profesionales, pueden llevarse a cabo medidas más específicas sobre cada uno de los trabajadores. Por ejemplo, un médico puede prescribir a un empleado visitas periódicas a un fisioterapeuta para evitar lumbalgias por el tipo de trabajo que tenga. Además, para trabajadores que están de pie o que caminan en exceso podrían diseñarse plantillas específicas que les evitaran lesiones en los pies. En este caso, la idea es analizar a cada trabajador individualmente, viendo dónde se puede actuar para evitar lesiones en un futuro.

En definitiva, la traumatología tiene mucho que decir en el ámbito laboral. Por eso, siempre insistimos en la necesidad de la prevención para evitar que se produzcan lesiones en el aparato locomotor. En caso de que estas no hayan podido evitarse, será necesaria la intervención de un especialista en traumatología para resolver estas lesiones y conseguir que la calidad de vida del paciente se vea afectada lo mínimo posible.

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