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¿Qué es la degeneración macular?

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Introducción

La degeneración macular es un trastorno que nos puede privar progresivamente de la vista en el centro del campo visual. Su frecuencia es alta después de los 60 años por lo que se la llama degeneración macular asociada con la edad o DMAE.

Según las estimaciones de la Organización Mundial para la Salud, el número de afectados por esta enfermedad se elevará considerablemente al aumentar la proporción de mayores de 60 años en los países desarrollados. Entre las patologías que lesionan la capacidad visual, en España es la principal causa de ceguera legal y la padecen más de 700 000 personas.

Además de causarnos una limitación importante en la vida personal, afecta otras esferas como la familiar y la económica. Contar con un seguro médico es una manera de aminorar el impacto de estas enfermedades y su tratamiento.

¿Qué es la DMAE?

La zona central de la retina, llamada mácula, es la que posee mayor densidad de conos y bastones. Tiene forma circular y parece una mancha de color amarillo gracias a la presencia de dos sustancias que actúan como pigmentos, la luteína y la zeaxantina. Si funciona correctamente nos permite percibir los detalles con nitidez, el movimiento y los colores, ya que es la zona de mayor agudeza visual.

En la DMAE los vasos que irrigan la mácula sufren una enfermedad degenerativa, por lo que se alteran. El proceso generalmente se inicia en un ojo y existe el 50 % de posibilidad de que en 5 años afecte el otro.

Tipos de DMAE

Existen dos tipos de afectación degenerativa de la mácula, lo que tiene incidencia en su evolución y tratamiento.

1. DMAE atrófica o seca

Representa el 80 % de los casos y se asocia a una pérdida de visión muy lenta; actualmente no se dispone de tratamiento efectivo. Se produce por la acumulación de desechos de color amarillento llamados engrosamientos localizados en las arterias de la retina lo que genera un proceso de atrofia progresiva.

2. DMAE húmeda o exudativa

Casi siempre esta precedida por la DMAE seca y se presenta en el 20 % de los casos. Se piensa que debido a falta de oxígeno se inicia un proceso de proliferación de los vasos sanguíneos que se encuentran bajo la mácula.

Estos vasos son anormales y por ello frágiles y dejan escapar líquido y sangre; de allí la exudación que le da su nombre. A causa de este proceso, el deterioro de la visión en la parte central del campo es más rápido y en algunos casos se produce en días o semanas.

Factores de riesgo

Un conjunto de factores constituyen una situación que nos predispone a padecer esta enfermedad. El más importante es la herencia. Si tenemos un familiar en primer grado con DMAE se multiplica por 6 la posibilidad de padecerla. La edad es el segundo factor en importancia, ya que es raro que veamos este trastorno antes de los 55 años.

Los factores relacionados con el aumento del estrés oxidativo son la dieta y el tabaquismo, que multiplica por 5 el riesgo de padecerla. La dieta de riesgo es pobre en factores antioxidantes como el omega 3 y rica en grasas saturadas. Algunos factores adicionales son la hipertensión arterial, la obesidad, la exposición excesiva al sol, el ser de raza blanca y el sexo femenino.

Síntomas

Al inicio, los síntomas son poco perceptibles. Al avanzar la enfermedad podemos empezar a sufrir de problemas de visión progresivos.

1. Visión borrosa en la parte central del campo. Esto avanza progresivamente hasta aparecer un área vacía o que se percibe oscura.

2. Alteración en la percepción de la distancia y la altura, lo que impide evaluarlas acertadamente.

3. Distorsión en la percepción de las líneas rectas, que pueden verse curvas o torcidas, inclinadas o borradas en algún punto. Esto se llama metamorfopsia y es característico de etapas tempranas de la DMAE húmeda.

4. Más sensibilidad ante la luz.

5. Necesidad progresiva de mayor iluminación para ver los objetos.

6. Dificultad para determinar los colores.

Tratamiento de la DMAE

Como se nos suele recomendar, el mejor tratamiento es la prevención.

1. DMAE seca

En la actualidad no se cuenta con un tratamiento efectivo, aunque se encuentran en fase de investigación algunos fármacos para inyectar dentro del humor vítreo. El único tratamiento, además de mejorar ciertos hábitos, es la prescripción de suplementos con vitaminas antioxidantes.

2. DMAE húmeda

Existen varios fármacos que permiten tratar esta afección mediante inyección dentro del humor vítreo. Tienen un efecto llamado anti-VEGF, es decir, que actúan sobre el Factor de Crecimiento Endotelial Vascular. Esta proteína estimula el crecimiento vascular y el fármaco se une selectivamente a ella, inhibiendo su acción.

Gracias a este tratamiento podemos detener el avance de la enfermedad y en algunos casos recuperar la visión. El resultado será más favorable cuanto más precozmente tratemos la enfermedad.

Prevención y diagnóstico

La visita periódica al oftalmólogo es útil para detectar la enfermedad en etapas tempranas, antes de que los síntomas sean evidentes. La revisión incluirá una evaluación del fondo de ojo con dilatación de las pupilas.

Debemos adoptar una dieta rica en antioxidantes como el omega 3 y baja en grasas. Mantener un peso correcto, controlar la tensión arterial, evitar el sedentarismo y la excesiva exposición a la luz solar y sobre todo dejar de fumar son otras medidas preventivas.

En algunos casos en que se sospecha la enfermedad puede utilizarse la Tomografía de Coherencia Óptica (OCT), un procedimiento que permite el diagnóstico temprano de DMAE. Otra herramienta útil es el test de riesgo genético, con el que podemos determinar nuestra predisposición hereditaria a sufrir la enfermedad.

Impacto de la DMAE

Esta enfermedad afecta en gran medida la calidad de vida de la persona que la padece y se su familia. Al no poder realizar actividades habituales como leer, ver televisión o mirar las pantallas, participar en actividades grupales, conducir o cocinar, la persona ve afectadas su independencia y autoestima. La DMAE está relacionada con un aumento en la incidencia de las depresiones en la tercera edad.

Conclusión

La prevención de la degeneración macular mediante las visitas frecuentes al oftalmólogo y llevando un estilo de vida saludable es la mejor manera de evitar la aparición de esta enfermedad.

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