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Tipos de grados de esguince

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Dolor al apoyar peso sobre la articulación, inflamación, aparición de hematoma… los síntomas de un esguince se pueden reconocer con facilidad porque, por desgracia, se trata de una dolencia muy habitual. Aunque no se realicen esfuerzos físicos, como una actividad deportiva, es común que los esguinces aparezcan, ya sean cervicales, de muñeca, de rodilla o de tobillo, por citar los más comunes.

Por eso es fundamental saber cómo se pueden diferenciar los distintos grados de esguince. Diagnosticarlo de forma correcta es el primer paso para actuar de la forma adecuada y nos darán pistas fiables sobre la duración de la lesión o los cuidados que tendremos que tomar para recuperarnos lo antes posible.  

¿Cuántos grados de esguince hay?

Los ligamentos presentes en diferentes puntos del cuerpo son los encargados de mantener unidos los huesos y de que las articulaciones conserven la estabilidad. A la hora de definir qué es un esguince de tobillo debemos saber que, cuando los ligamentos se estiran de forma inapropiada por distintas causas, se origina un desgarro, que en función de su gravedad alcanzará distintos grados de esguince. El esguince de muñeca, que es menos común que el de tobillo, se produce cuando se da una rotura o distensión de la parte capsuloligamentosa de esta articulación.  

En el caso del esguince de tobillo, uno de los más habituales, están definidos de forma clara tres grados:  

  • Grado I. El estiramiento excesivo de los ligamentos ha generado micro-roturas, pero el dolor es leve y la hinchazón es poco acusada. Se aprecia cierta complicación para caminar, pero incluso se puede mantener la función de apoyo.  
  • Grado II: La rotura del ligamento es, en este caso, parcial. El dolor puede ir de moderado a más acusado, y aparecer una hinchazón más fuerte. Existe dolor al caminar. En ocasiones, la contusión puede manifestarse a los 3 ó 4 días.  
  • Grado III: El ligamento se rompe por completo y la lesión ya se califica de grave. El dolor, que ya es severo, impide caminar y se aprecia una hinchazón considerable.  

 

¿Por qué suceden los esguinces y qué nos predispone para ellos?

La causa más común que origina los diferentes grados de esguince es el mal apoyo, generalmente de una mano o de un pie, sobre el suelo, ya sea por un giro o una caída que fuerza los ligamentos. Además de cualquier actividad cotidiana en la que tropecemos o realicemos un giro inesperado, la práctica deportiva acrecienta las posibilidades de sufrirlo. Fútbol, baloncesto y balonmano son algunos deportes en los que los esguinces están a la orden del día. A ello hay que sumar las prácticas deportivas que se realizan sobre terrenos irregulares, como las carreras de montaña o el vóley-playa. Un calzado inadecuado, así como tener poca fuerza o escasa flexibilidad en los tobillos son factores que incrementan las posibilidades de sufrir un desgarro en los ligamentos.

¿Qué pruebas médicas se realizan cuando se sufre un esguince?

En el caso de sufrir un esguince de tobillo en distintos grados, el médico comprobará cuál es la movilidad de la zona y el rango en el que se produce el dolor, además de palpar la piel próxima a la lesión para localizar puntos de dolor leve. El especialista determinará, en función de los distintos tipos de grados de esguince, qué pruebas emplear para verificar posibles daños. Destacan entre ellas la radiografía, que permite comprobar si se ha producido alguna fractura en algún hueso, o la resonancia magnética, que brinda imágenes en tres dimensiones de estructuras como los ligamentos. Otras pruebas útiles son la ecografía, que se basa en ondas de radio, o la tomografía computarizada (TC), con la que es posible obtener imágenes de alta calidad.  

<h2>El protocolo ‘RICE’ para el cuidado de esguinces</h2> 

Como regla general, aunque ya hemos visto que depende de los tipos de grados de esguince, esta dolencia debe tratarse de inmediato y, si se quiere hacer de manera efectiva, conviene aplicar en los primeros 3 días el protocolo denominado ‘RICE’.  

  • Descanso (“Rest”). El reposo es fundamental para no agravar un esguince, por lo que es aconsejable cesar en la actividad que se esté realizando.  
  • Hielo (“Ice”). Introduce la zona en agua fría unos 10-15 minutos en varias ocasiones, o en su defecto aplica en la zona hielo, aunque nunca directamente para no originar una quemadura por contacto.  
  • Compresión (“Compression”). La hinchazón puede detenerse comprimiendo la zona gracias a una venda de tipo elástico. 
  • Elevación (“Elevation”). En todos los tipos de grados de esguince, cuando se levanta la zona se contribuye al drenaje del fluidos. Lo idóneo es que la elevación sea por encima de la altura a la que se encuentre el corazón.  
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