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Tipos de meningitis

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Muchas personas no saben que los niños y los adolescentes son los más propensos a padecer algunos de los tipos de meningitis. De todas formas, los expertos afirman que hay otros sectores de la población, como las personas mayores de 65 años y los viajeros, que también corren serio peligro.

¿Qué es la meningitis? 

La meningitis se define como la inflamación de las meninges, que son unos tegumentos de tejido conjuntivo que tapan el cerebro y la médula espina con la función de proteger el sistema nervioso central. Este tipo de hinchazón puede tener varias causas, la más usual es la meningocócica, aunque a ella le siguen las provocadas por virus, hongos u agentes químicos.

Las personas con un sistema inmunológico más débil son más propensas a padecer esta enfermedad, además se caracteriza por agravarse rápido, con lo que si notamos algunos de los siguientes síntomas debemos ir al médico. Los más habituales son fiebre alta repentina, rigidez en el cuello, vómitos, dolor de cabeza distinto al habitual, falta de concentración, dificultad para dormir, convulsiones, falta de apetito y sensibilidad a la luz.

Tipos de tratamientos

Uno de los aspectos más importantes a la hora de detectar esta enfermedad es saber qué tipo de meningitis es, siendo las dos opciones la bacteriana y la vírica. Debemos saber que la supervivencia del paciente no es la misma y, por ende, el tratamiento que ordena el doctor es diferente.

Meningitis vírica

La meningitis vírica es una forma de afección mucho menos peligrosa. También es conocida como meningitis aséptica porque a la hora de analizar los microorganismos en las muestras el resultado suele ser negativo. Hay varios virus que pueden provocarla y los más conocidos que encontramos son el enterovirus, es decir, un género de virus de ARNmc de sentido positivo, y el virus del herpes simple.

La forma vírica se muestra de manera más leve que la bacteriana, por eso lo más habitual es la muestra de fiebre, dolor de cabeza y, en ocasiones, algún síntoma que está más cerca de la clínica de la forma bacteriana, aunque mucho menos intensa. Para tratar este tipo de meningitis lo mejor es hacer reposo, beber abundante líquido y, en un caso extremo, tomar corticoesteroides, si así lo indica el médico, para reducir la inflamación del cerebro.

Meningitis bacteriana

Esta es la forma más conocida de la meningitis, que afecta considerablemente a la salud. Los microorganismos que pueden provocar dicha enfermedad dependen de la edad y del estado del sistema inmunológico. Esta es la defensa natural del cuerpo contra las infecciones y, en caso de que este sea débil o no funcione correctamente, es más probable que padezcamos la enfermedad.

La bacteria más destacada de la meningitis es el neumococo. Esta bacteria es la más frecuente y se coloniza en la faringe, sin embargo, en ocasiones, el sistema inmunológico no es capaz de controlar su crecimiento y llega a las meninges circulando por la sangre. Hay una vacuna que cubre algunos serotipos de neumococo, lo que ha hecho que disminuya el porcentaje de inflamaciones por este tipo de bacteria en niños.

Lo ideal para el tratamiento es la vancomicina combinada con cefotaxima o ceftriaxona, dependiendo del antibiograma. En el caso de que el paciente esté infectado por una cepa muy resistente a la penicilina o cefalosporinas, se recomienda utilizar rifampicina combinada con cefalosporinas de tercera generación, con o sin vancomicina.

Otros tipos de meningitis

Si la causa no se puede detectar, lo mejor es comenzar el tratamiento antiviral y antibiótico. En el caso de que sea una meningitis micótica, los medicamentos a tomar son antifúngicos y si es una meningitis tuberculosa, puede tratarse con una mezcla de antibióticos. De todos modos, debemos tener en cuenta que estos medicamentos pueden provocar efectos secundarios. Respecto a la meningitis no infecciosa causada por una reacción alérgica, lo ideal es aplicar corticosteroides.

Tratamiento de la meningitis

El tratamiento temprano de esta afección puede ayudar a prevenir problemas mucho más graves como puede ser la muerte. Antes de nada es muy importante que el médico detecte qué tipo de meningitis es y, para ello, realiza un análisis de sangre, pruebas de imágenes y una punción espinal para analizar en el laboratorio el fluido cerebroespinal.

Meningitis vírica

En este caso, si es leve, los antibióticos no suelen curarla, más bien la mayoría de los casos se recuperan por sí solos a lo largo de 10 días. Lo más importante es hacer reposo, beber mucha agua, ingerir fármacos de venta libre para disminuir la fiebre y aliviar el dolor. Los medicamentos antivirales funcionan en aquellas personas con meningitis causada por virus como los del herpes y los de la gripe.

En un caso más grave, el médico puede ordenarnos ingerir corticoesteroides para que la inflamación del cerebro vaya disminuyendo, además de medicamentos anticonvulsivos.

Meningitis bacteriana

Se tiene que tratar lo más rápido posible con antibióticos intravenosos e, incluso, corticoesteroides, es decir, una variedad de hormonas del grupo de los esteroides y sus derivados que sirven para reducir la inflamación en el cuerpo. Todo esto lo que causa es una recuperación sana y la reducción del riesgo de posibles complicaciones, por ejemplo, la inflamación del cerebro y los temblores incontrolables, rápidos y rítmicos.

La combinación de antibióticos depende del tipo de bacteria que haya provocado dicha inflamación; por ende, hasta detectar cuál es dicha bacteria, lo que se recomienda es un antibiótico de amplio espectro. Por último, es muy probable que se drene el apófisis del hueso temporal situada detrás y debajo de la oreja que se conectan al oído medio.

En definitiva, hay dos tipos de meningitis, la bacteriana (más grave) y la vírica (menos grave), siendo ambas una inflamación de las meninges. En el caso de que comencemos a notar algunos de los síntomas mencionados es fundamental que vayamos lo antes posible al médico.

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