fbpx

 919057660  o  TE LLAMAMOS GRATIS

InicioAnatomía y fisiologíaTrastornos asociados al glande

Trastornos asociados al glande

-

Características generales del glande

El glande es la porción terminal del miembro viril, que tiene forma cónica y suele ser de color rosado o rojo. Es una  de las zonas más sensibles en la anatomía masculina y su estimulación está directamente relacionada con el placer sexual.

Está cubierto por el prepucio, formado por un pliegue suelto de piel y mucosa, y es un órgano que se desplaza con facilidad. Además de esto, el glande está relacionado con la micción, ya que la uretra lo atraviesa y su orificio exterior se ubica en este órgano. A continuación ahondamos en varias de sus enfermedades y tratamiento.

Afecciones del glande

El glande puede sufrir enfermedades adquiridas, trastornos crónicos, malformaciones e infecciones, algunas de las cuales explicamos a continuación.

Balanitis

Se entiende por balanitis la inflamación del glande y del prepucio, que cursa aumento de volumen, color rojo brillante y mucha sensibilidad. Podemos presentar también secreción con mal olor y dolor en el pene y/o en el glande.

Suele presentarse por una higiene deficiente del área, al no retirarse el prepucio durante el aseo en hombres no circuncidados, o ser causada por una infección por hongos, bacterias o virus. También se manifiesta cuando empleamos sustancias irritantes como jabones o lubricanes. Una enfermedad llamada artritis reactiva y la diabetes mellitus con mal control también pueden ser causa de balanitis.

El tratamiento consiste en mejorar nuestra higiene, evitar los agentes irritantes y aplicar un antimicótico o antibiótico local o tomarlo por vía oral. La balanitis puede complicarse y afectar al riego sanguíneo local, provocar estrechamiento del orificio uretral o fimosis.

Fimosis 

Esta alteración se presenta cuando el orificio del prepucio es muy estrecho e impide retraerlo para descubrir el glande. Puede presentarse de manera secundaria a una balanopostitis o inflamación del glande y del prepucio y a una irritación crónica.

Fuera de estos casos, es frecuente en los bebés y suele resolverse espontáneamente en los primeros años de vida. En caso negativo y si se presentan complicaciones como balanitis, infecciones u obstrucción en la salida de la orina podemos tratarla con una circuncisión. Constituye un factor de riesgo para la aparición de enfermedades de transmisión sexual, infecciones urinarias y del cáncer de pene.

Parafimosis

La parafimosis es una emergencia médica que se produce cuando se retrae excesivamente el prepucio durante el examen físico o para practicar un cateterismo.

Esto produce un efecto de torniquete que genera la acumulación de sangre en el glande con lo que se crea un círculo vicioso. El compromiso vascular de la zona puede llevar a la necrosis. La reducción manual en ocasiones resuelve el problema, pero si esto no funciona se ha de realizar una escisión del prepucio bajo anestesia.

Condiloma gigante

Esta enfermedad, poco frecuente, fue descrita por primera vez en 1896 y en 1925 fue asociada a la presencia de VPH. Se trata de una proliferación del epitelio que puede llegar a producir grandes lesiones, llamadas condilomas, con forma de verruga y que invaden las estructuras vecinas, o bien lesiones más pequeñas. Su importancia radica en que puede transformarse en un carcinoma escamoso

Cáncer

El cáncer de pene suele desarrollarse en más del 90 % de los casos en el prepucio o en el glande y al principio puede estar oculto debajo del primero. Casi todos los casos se presentan después de los 55 años.

El tipo de lesión puede ser superficial, ulcerovegetante o infiltrante. Debido a estas distintas maneras de proliferar puede manifestarse como una erupción rojiza, una protuberancia que progresivamente aumenta de tamaño durante semanas o meses, una llaga que no cura o cierra o como una secreción que persiste y que surge bajo el prepucio.

Para diagnosticarlo hay que practicar una biopsia y analizar el tejido en el laboratorio de anatomía patológica. El tipo celular más frecuente es el carcinoma epidermoide. Puede tratarse adecuadamente cuando hay un diagnóstico precoz.

El tratamiento se basa en la aplicación tópica de quimioterapia, en la circuncisión y en la ablación con láser. En casos más avanzados o que presentan recurrencia se requiere escisión quirúrgica del tumor y vaciamiento ganglionar regional.

Hipospadia y epispadia

Durante el desarrollo embrionario se cierra el canal de la uretra. Sin embargo, en ocasiones este proceso se altera y la uretra puede quedar abierta en algún punto entre la raíz del pene y el glande. Cuando el orificio de la uretra está en el dorso del glande hablaremos de epispadia y si está en la cara ventral, de hipospadia.

Este trastorno está asociado no solo a un problema estético y que incide en la mecánica de la micción, sino que altera también la fertilidad. El semen en estos casos puede no llegar a la vagina correctamente. El problema suele estar asociado a criptorquidia o a la retención de los testículos en el abdomen, mermando la calidad o la cantidad de la producción de espermatozoides.

El tratamiento consiste en la reparación quirúrgica del defecto. Se construye el tramo de uretra faltante recurriendo al piel del prepucio. Esto debe acometerse a edades tempranas para prevenir las repercusiones psicológicas. Usualmente suele ejecutarse a los 6 meses de edad.

Eritroplasia de Queyrat

Esta es una lesión que puede convertirse en un carcinoma epidermoide invasor en el 5-10 % de los afectados. Aparece por causa del virus del papiloma humano (VPH) y por falta de higiene en hombres no circuncidados. Se evidencia como una zona enrojecida donde la mucosa o la piel se irrita y adopta una textura aterciopelada persistente.

Para llegar a un diagnóstico es necesario una biopsia y la evaluación anatomopatológica. El tratamiento se basa en la aplicación de láser o crioterapia y en el uso de cremas antiinflamatorias.

La importancia del diagnóstico precoz

El glande es una porción del pene muy expuesta a agentes irritativos, traumatismos, infecciones y que ocasionalmente es afectado por malformaciones. Su aseo diario cuidadoso, retrayendo el prepucio, no solo es fundamental para la salud sexual de la pareja, sino para evitar muchas de las enfermedades que lo aquejan.

De igual modo, si observamos cualquier tipo de alteración o secreción resulta conveniente acudir cuanto antes a consulta con un especialista en urología.

Rate this post