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¿Qué es la hiperplasia prostática?

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¿Qué es la hiperplasia prostática?

El agrandamiento de la glándula prostática es una afección que en el departamento de urología consideran frecuente según van envejeciendo los hombres. Puede acarrear síntomas urinarios incómodos o desagradables como el bloqueo del flujo de orina o problemas en las vías urinarias, vejiga o riñones.

Es necesario identificar si es maligna o benigna. La diferencia es que, en el segundo caso, tan solo apreciaremos que crece, pero no conllevará ninguna otra de las enfermedades de la próstata ni se alterará su función, excepto por la presión que el órgano ejerza sobre otras estructuras. Cuando decimos que es maligna, estamos hablando de un carcinoma en la zona.

A partir de los 40 años se comienza a apreciar el aumento de su tamaño, pero eso no es indicativo de nada, ya que ocurre de forma orgánica. Si la compresión que se aprecia es importante, deberemos acudir al urólogo para que pueda establecer un diagnóstico certero y, si fuera necesario, optar por un tratamiento adecuado.

Síntomas

Las personas que tienen agrandamiento de próstata suelen tener los siguientes síntomas:

- Imposibilidad de vaciar por completo la vejiga.

- Aumento de la frecuencia de micción durante la noche.

- Sangre en la orina.

- Goteo después de orinar.

- Necesidad de orinar con urgencia y frecuencia.

- Flujo débil o con interrupciones al orinar.

- Dificultad para comenzar a orinar.

Los síntomas menos frecuentes son infección en las vías urinarias e imposibilidad de orinar.

El tamaño de la próstata no determinará la gravedad de los síntomas. De hecho, es posible que, en algunos casos, estos síntomas se estabilicen e incluso mejoren con el tiempo.

Causas

Debajo de la vejiga encontramos la glándula prostática. El conducto que transporta la orina hacia el exterior se denomina uretra y pasa a través del centro de la próstata, por lo que, si esta se agranda, el flujo de la orina se obstruye.

Que la próstata crece a lo largo de la vida es cierto, pero si buscamos una causa concreta no la encontraremos. No obstante, se apunta a que una alteración en el equilibrio de las hormonas sexuales podría ser un detonante.

Factores de riesgo

Los factores de riesgo del agrandamiento son los siguientes:

- Diabetes. El consumo de betabloqueantes y la diabetes pueden aumentar el riesgo de padecer hiperplasia prostática benigna.

- Envejecimiento. Aparecen síntomas moderados a partir de los 60 años y en gran parte de la población masculina a partir de los 80.

- Estilo de vida. La obesidad aumenta el riesgo de hiperplasia benigna y practicar ejercicio físico puede reducirlo.

- Antecedentes familiares.

Complicaciones

Algunas de las complicaciones del agrandamiento de próstata pueden ser:

- Daño en la vejiga y daño renal.

- Incapacidad repentina para orinar.

- Cálculos en la vejiga.

- Infecciones urinarias.

¿Cómo se diagnostica la hiperplasia prostática?

Cuando acudimos al departamento de urología para poder realizar un diagnóstico preciso, el profesional nos realizará una exploración física y una serie de preguntas a las que debemos responder detalladamente sobre los síntomas. Algunos de los exámenes que llevará a cabo son:

- Análisis sanguíneo para descartar problemas renales.

- Tacto rectal para detectar el agrandamiento y controlar la próstata.

- Prueba del flujo urinario. Es necesario orinar en un recipiente conectado a un equipo que mide la cantidad y fuerza del flujo urinario.

- Diario de vaciado de 24 horas. Es decir, deberemos registrar la cantidad de orina y la frecuencia. Este dato será relevante si más de un tercio de la eliminación se produce durante la noche.

- Análisis de orina para descartar infecciones u afecciones que provoquen una sintomatología similar.

- Prueba de orina residual tras el vaciado. Con ella se comprueba si se vacía por completo o no la vejiga. Puede realizarse mediante una ecografía o con una sonda en la vejiga para calcular el volumen restante.

- Analítica sanguínea para el antígeno prostático específico. Es una sustancia que se produce en la próstata y que aumenta cuando esta se agranda. No obstante, unos niveles elevados pueden deberse a procedimientos recientes o a un cáncer de próstata.

Tras todas estas pruebas, el médico recomendará otra serie de exámenes adicionales con los que confirmar el agrandamiento y descartar otras patologías. Algunas de estas pruebas extra son:

- Citoscopia.

- Ecografía transrectal.

- Estudios urodinámicos de flujo y presión.

- Biopsia de la próstata.

¿Cuál es el tratamiento de la hiperplasia prostática?

Para recomendar el tratamiento más adecuado, primero hay que determinar si la naturaleza del agrandamiento es una hiperplasia maligna o benigna. El tratamiento dependerá de su naturaleza. Si el proceso es benigno, será necesario corregir la comprensión que ejerce sobre las otras estructuras, ya que como consecuencia se puede ver afectado el estado psicológico de los pacientes.

La incontinencia urinaria en los varones que comienzan a tener más de 40 años es habitual, y eso puede corregirse con los fármacos adecuados en los primeros estadíos.

En el supuesto caso de que el tamaño de la glándula sea excesivamente grande, es posible optar por realizar una intervención de resección para eliminar el tejido que sobra. Otras de las opciones serían ensanchar la uretra para favorecer la micción o realizar una cirugía láser. En cualquier caso, la resección es la opción más habitual, ya que es sencilla de realizar y los resultados son bastante buenos.

En cambio, si hablamos de una hiperplasia maligna será necesario estudiar con detalle al paciente y tomar varias biopsias con el objetivo de determinar el tipo de cáncer y el estado en el que se encuentra. Además, será necesario buscar metástasis en otras zonas. Por regla general, hay que remitir al paciente a oncología para un estudio coadyuvante.

Conclusión

En definitiva, la hiperplasia prostática no es algo que deba preocuparnos, pero sí algo de lo que nos debemos ocupar. Acudir con los primeros síntomas al especialista puede ayudarnos a tomar medicamentos de prevención o control y, en caso de que sea un problema mayúsculo, se podrá tratar con mayor rapidez.

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