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Relación entre adrenalina y cefaleas

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El fin de semana es un momento perfecto para que se lo dediquemos al ocio y, también, para que podamos descansar. Esto último provoca en muchas personas un fuerte dolor de cabeza. El origen de esta cefalea reside en las hormonas y, concretamente, en la adrenalina, que es el neurotransmisor encargado de la contracción de los vasos sanguíneos, lo que produce cambios sustanciales en las arterias cerebrales, originando dolor.

Liberar adrenalina en un corto período de tiempo nos ayuda a sentirnos bien, pero mantenida en el tiempo puede causar algunos efectos negativos como son las cefaleas y los dolores musculares.

¿Por qué es la adrenalina la hormona de las cefaleas, el estrés y la activación?

La epinefrina o la adrenalina son hormonas que se relacionan con la motivación y activación, es decir, con la energía que necesitamos a diario para poder sentirnos bien. A su vez, esta última desempeña un papel decisivo como neurotransmisor, pudiendo ser nuestra mejor aliada o la responsable de que suframos estrés crónico, ansiedad o cefaleas de manera habitual.

En definitiva, esta sustancia es muy polivalente y, por ello, queremos explicarte sus aspectos más relevantes en el organismo.

¿Qué es la adrenalina?

La adrenalina, como ya hemos adelantado, es una hormona que también cumple la función de neurotransmisor. Su origen está en las glándulas suprarrenales y en algunas zonas del sistema nervioso central. La podemos definir como un mediador químico que se encarga de cambiar la actividad de distintos órganos, como puede ser, por ejemplo, el corazón.

Su principal misión es prepararnos ante una amenaza, ya sea para una situación de lucha o para la huida. Se encarga de potenciar cada uno de nuestros recursos físicos para que podamos alcanzar nuestro objetivo, bien sea para afrontarlo o para conseguir escapar de él.

Para que pueda cumplir su objetivo moviliza varios mecanismos:

- Aumenta la capacidad de los pulmones para retener aire.

- Eleva la presión arterial.

- Dilata las pupilas.

- Incrementa la frecuencia cardíaca

- Reduce el flujo sanguíneo hacia el intestino y lo redirige hacia los músculos.

- Eleva la concentración de sangre en las piernas y en los brazos.

- Se encarga de maximizar el nivel de glucosa para poder llevársela al cerebro.

Como ves, se ocupa de que tareas esenciales como la absorción de nutrientes o la digestión se queden en un segundo plano, dado que dichas tareas precisan de un gasto energético muy elevado.

¿Se puede controlar la liberación de adrenalina?

En el instante en el que experimentamos el miedo, aparece un riesgo, una emoción intensa o, incluso, ansiedad. Los nervios que están conectados a las glándulas suprarrenales se ocupan de estimular y secretar adrenalina para que esta se libere al torrente sanguíneo.

¿Cuánta adrenalina se libera?

La cantidad de adrenalina que se libera en estas situaciones es la que requerimos para que podamos percibir su efecto durante un tiempo de entre tres y cinco minutos. Es el intervalo de tiempo que se considera suficiente para que podamos tener una reacción adecuada, sin que ninguno de nuestros órganos pueda verse afectado.

En cambio, el problema sustancial asociado a la secreción de adrenalina es que, si experimentamos estrés durante un largo período de tiempo, el cortisol también va a favorecer la secreción de esta hormona. Cuando estamos ante esta situación, la presencia de adrenalina en el cuerpo no es solo de tres, cuatro o cinco minutos, sino que puede durar días, semanas o meses y esto altera nuestra salud.

Algunas de las consecuencias que se derivan de ello son: mareos, cefaleas, taquicardias o malas digestiones.

¿Cuáles son los efectos negativos o positivos de esta hormona?

Aunque con los datos que hemos ofrecido hasta este momento se pueda llegar a pensar que esta hormona no es tan buena como parece, o que es parte de algunas enfermedades y tratamiento, lo cierto es que resulta esencial e indispensable para el bienestar de cualquier ser humano.

Para comprender toda la trascendencia que tiene esta sustancia en nuestras actividades, estilo de vida y personalidad, a continuación describimos sus efectos positivos y negativos.

Efectos positivos

Cuando practicamos deporte, nos enamoramos, subimos a una atracción en un parque o en una feria o cuando bailamos, experimentamos una sensación muy agradable que, por lo general, denominamos «subidón». Este subidón resulta ser un conjunto de sensaciones que conforman aquello que los neurólogos denominan «droga cerebral».

De hecho, esta sensación es adictiva para multitud de personas, que sienten una atracción desmedida por las situaciones en las que su adrenalina se dispara al máximo. Una de estas situaciones son, por ejemplo, los deportes de riesgo. Así mismo, es interesante saber que la adrenalina nos mantendrá alejados de la temida depresión, ya que es decisiva para la producción de serotonina, una hormona conocida como la responsable del bienestar mental.

Efectos negativos

El miedo constante, hacer un esfuerzo físico durante un espacio de tiempo prolongado y la ansiedad persistente son tres factores que tienen como consecuencia una liberación de adrenalina excesiva.

Podremos ser conscientes de que estamos ante esta situación si apreciamos los siguientes síntomas:

- Cansancio permanente.

- Mareos.

- Dolor de estómago.

- Tensión en las piernas, cuello o brazos.

- Hipertensión.

- Dolor muscular.

- Visión borrosa.

- Dificultad para dormir.

- Presión en los ojos.

- Dolor de cabeza.

Estrés, cefaleas y adrenalina

Ya hemos mencionado que cuando el sistema nervioso detecta una amenaza, su reacción es estresarse. Para defenderse de ella, reclama incrementar la adrenalina junto a otras sustancias.

Se acelera el pulso, se dilatan las pupilas, se altera la respiración y la sangre se distribuye a brazos y piernas. En consecuencia, el estrés es la respuesta a cualquier situación de peligro y eso produce un desequilibrio en la bioquímica de la persona, lo que puede traducirse en dolor de cabeza. A pesar de ser algo puntual, puede llegar a cronificarse y acentuar la recurrencia del dolor.

Una vida activa, en la que combines la socialización y la actividad diaria con la relajación y una óptima gestión del estrés, conseguirá que disfrutes de unos niveles saludables de adrenalina. Eso, definitivamente, alimentará tu bienestar y te posibilitará gozar de una óptima calidad de vida.

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