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10 diferencias entre estrés y ansiedad

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El estrés y la ansiedad son conceptos mezclados con bastante frecuencia, pero lo cierto es que tienen diferentes orígenes y síntomas. A continuación, mostramos lo que es cada uno de ellos y sus principales diferencias.

Estrés y ansiedad no son lo mismo

Estar estresados y tener ansiedad son condiciones diferentes, a pesar de que con frecuencia se confunden. Coloquialmente, se tiende a pensar que, incluso, son palabras sinónimas, pero es importante aprender a identificar cuándo tenemos cada una de las afectaciones, ya que tienen distinta gravedad. Por ejemplo, la ansiedad no siempre tiene una causa, mientras que el estrés se elimina fácilmente cuando desaparece la causa que lo origina.

Igualmente, tampoco son lo mismo en la medida en que, en el estrés, el estímulo existe, mientras que en la ansiedad padecemos un miedo a que algo pueda suceder. Las diferencias entre sus causas y orígenes hacen que, también, la gravedad y el tiempo que se padecen sean diferentes. Estas y otras diferencias son las que vamos a señalar a continuación y que nos ayudarán a identificar claramente cada concepto.

Principales diferencias

Padecer ansiedad o sentirnos estresados se confunden a causa de que ambos se traducen en una especie de nerviosismo que recorre todo nuestro cuerpo. Sin embargo, es importante tener en cuenta las siguientes diferencias.

1. ¿Qué es lo que lo desencadena?

Los desencadenantes del nerviosismo en la ansiedad son muy diferentes a los que tenemos al sentirnos estresados. Este último se produce a causa de las circunstancias personales, familiares o laborales externas que nos rodean, ante las cuales aportamos una respuesta de estrés.

En la ansiedad, no obstante, las circunstancias no influyen, puesto que no tiene por qué haber una causa para que se produzca. El miedo y la angustia que genera la ansiedad se debe a factores subjetivos y puramente internos que aún no han ocurrido y que no tienen por qué llegar a pasar.

En resumen, en las situaciones estresantes sentimos un nerviosismo que gira alrededor del estímulo, y puede acompañarse de tristeza y de frustración. En la ansiedad, más que frustración, sentimos tristeza también, pero acompañada de un miedo terrible, que nos hace obsesionarnos con posibles situaciones catastróficas que podrían ocurrir, pero que no son reales. La ansiedad exige un alto grado de comprensión y empatía, puesto que la persona lo siente como algo completamente objetivo.

2. La manera en la que los sentimos

La intensidad que tiene el sentimiento de ansiedad o el de estar estresados es muy diferente, ya que depende de lo que hemos explicado en el apartado anterior: el factor que lo desencadena. La ansiedad, como hemos dicho, es un poco más irracional, ya que es subjetiva y se basa en el miedo a acontecimientos improbables o que todavía no han ocurrido.

Esto puede hacer que se sienta de forma mucho más intensa, puesto que, cuando estamos estresados, el factor es externo y objetivo. Aunque también podemos estar sometidos a una gran cantidad que se sintomatice, es más racional y puede controlarse mejor.

La manera en que sentimos cada uno de estos conceptos influye directamente en su duración, lo cual es también una diferencia importante. Como comentábamos anteriormente, si desaparece el factor externo, no queda rastro de sentimiento estresante.

Mientras tanto, la ansiedad es mucho más difícil de desaparecer, ya que no es tan sencillo comprenderla y la persona que la siente puede llegar a creer ese sentimiento subjetivo como si fuera real. Por tanto, si hablamos de duración de la ansiedad, no hay un momento final que podamos establecer, pero puede desaparecer con terapia.

3. Cómo y cuándo aparecen

Una diferencia determinante es que las situaciones estresantes están directamente relacionadas con el presente, mientras que las de ansiedad se atascan en un posible futuro, en una anticipación catastrófica. Aunque en el estrés podemos llegar a sentir que nuestra sensación no va a acabar nunca, es importante tener en cuenta el origen que, como hemos dicho, está en el presente y obedece a un estímulo.

Además, dicho estímulo es identificable, solo que se produce ese nerviosismo porque somos incapaces de gestionarlo o abordarlo con los recursos de los que disponemos. En la ansiedad, no se puede discernir un estímulo o un origen concreto, el miedo es real, pero puede no tener un origen identificable.

4. Síntomas y severidad de los mismos

Ambas afectaciones psicológicas comparten síntomas, pero la gravedad es, con frecuencia, diferente. En el estrés, los síntomas no se perpetúan a lo largo del tiempo. Podemos explicar la diferencia a través de un ejemplo. Es posible que tengamos una época de mucho trabajo, en la que nos sintamos estresados. No obstante, cuando todo se calma, el estrés desaparece. Si seguimos con la misma sensación porque pensamos que seremos incapaces de afrontar la siguiente época de picos de trabajo, eso sería ansiedad.

Por ello, la gravedad se manifiesta de forma diferente, ya que mientras que el estrés desaparece, la ansiedad puede llegar a desarrollar fobias o ataques de pánico. No obstante, el estrés puede derivar en ciertas enfermedades del organismo. Además, cabe señalar que la ansiedad, a veces, como se puede ver en el ejemplo, puede proceder de un estrés inicial; es decir, manifestarse como una respuesta del estrés, lo cual nunca ocurre al revés.

5. Tratamiento

El tratamiento es otra de las diferencias, ya que el de la ansiedad requiere terapia psicológica para su desaparición, a veces acompañada de otro farmacológico. El estrés, sin embargo, es una respuesta adaptativa saludable que, en principio, no necesita terapia y que no tendría por qué agravarse.

Conclusión

En conclusión, el estrés y la ansiedad son afectaciones que pueden aparecer juntas, ya que la ansiedad puede derivar de una etapa de estrés. No obstante, aunque tienen síntomas similares, presentan numerosas diferencias. Su tratamiento también es diferente, así como su gravedad, por eso es fundamental conocer sus distinciones.

Ambos pueden manifestarte en forma de nerviosismo, pero el estrés hace referencia a un estímulo presente y objetivo, mientras que la ansiedad tiene un carácter subjetivo y se refiere a un futuro hipotético que no tiene por qué suceder.

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