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La posible relación entre el COVID-19 y la enfermedad de Kawasaki en niños

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Como ya sabemos, el COVID-19 es una enfermedad infecciosa, causada por el coronavirus y recientemente descubierta. Pasó de ser catalogada como epidemia a confirmarse como pandemia en cuestión de días, ya que se extendió a todos los países del mundo a una velocidad asombrosa.

Los síntomas principales que presenta una persona que ha contraído el virus suelen ser fiebre, tos seca, cansancio, dificultad para respirar, pérdida del gusto y el olfato... Otros síntomas menos frecuentes pueden ser conjuntivitis, erupciones cutáneas, diarrea o cambios en el color de los dedos, tanto de las manos, como de los pies.

Desde un principio se aseguró que los niños eran inmunes a este virus, pero poco después se confirmó que estos datos no eran ciertos, ya que pueden contraer el virus de la misma manera que los adultos. Cabe resaltar que los síntomas en los niños suelen ser más leves e incluso algunos pueden llegar a ser asintomáticos. Actualmente la cifra de niños fallecidos a causa del COVID-19 es bastante reducida.

Poco después aparecieron indicios de una nueva enfermedad que afecta sobre todo a los niños, la llamada enfermedad enfermedad de kawasaki.

¿Qué sabemos acerca de la enfermedad de kawasaki?

Esta enfermedad suele afectar a los niños menores de 5 años, provocando la inflamación e hinchazón de los vasos sanguíneos. Se suele detectar a través de la fiebre, ya que suele ser el primer síntoma, para después pasar por dos etapas más. Esta enfermedad puede desaparecer en poco tiempo si se detecta enseguida y se empieza a tratar al momento, por eso se recomienda a los padres y las madres acudir a un hospital cuando un niño padezca fiebre durante más de 3 días.

Por el momento se cree que esta enfermedad es una reacción inmunológica anormal a causa de una infección y que rara vez es mortal si se trata adecuadamente en el momento en que se ha detectado. Varias teorías relacionan la enfermedad con bacterias, virus u otros factores ambientales.

Puede que ciertos genes sean los que aumenten las probabilidades de que un niño contraiga esta enfermedad. Es más frecuente en niños de ascendencia japonesa y coreana, aunque puede afectar a cualquier niño. Además se cree que no se puede transmitir de una persona a otra.

Síntomas de la enfermedad

La primera etapa suele ser la fiebre, que puede durar desde 5 días a dos semanas. Puede presentarse acompañada de sarpullidos, ojos rojos, labios secos o agrietados, glándulas inflamadas o enrojecimiento de las palmas de las manos y plantas de los pies.

Posteriormente, con la llegada de la segunda etapa puede aparecer una descamación en la piel de las manos y los pies, dolor articular, diarrea, vómitos y dolor abdominal.

En la tercera etapa los síntomas van desapareciendo lentamente en el caso de que no se de ninguna complicación en el proceso. Pueden llegar a pasar hasta 8 semanas para volver a recuperar la energía que teníamos antes de la enfermedad y que todo transcurra de nuevo con normalidad.

Aproximadamente una cuarta parte de los niños que experimentan esta enfermedad acaban teniendo complicaciones cardiacas, pero en muy pocas ocasiones ha terminado con el fallecimiento de ese niño o niña.

Cómo se trata

Este virus se puede tratar de dos maneras: administrando una dosis de anticuerpos de inmunoglobulinas por vía intravenosa (proteínas) o con dosis altas de ácido acetilsalicílico (que contiene la aspirina) por vía oral. El primer tratamiento puede no ser eficaz en algunos pacientes, situación que se solucionaría administrando corticosteroides para prevenir los aneurismas coronarios.

¿Qué relación existe entre el coronavirus y la enfermedad de kawasaki?

La OMS está estudiando un posible vínculo entre estas dos enfermedades que algunos niños están experimentando durante la pandemia, ya que según las hipótesis, pueden estar relacionados. Es imprescindible que esta investigación se haga cuidadosamente y con la mayor rapidez posible para caracterizar este síndrome, pero hasta el momento no se cuenta con toda la información necesaria para poder llegar a una conclusión con certeza.

Por supuesto, y según ha explicado el director del centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, es peligroso sacar conclusiones antes de tiempo, pero sí que se ha recomendado a los pediatras que tengan en cuenta estas hipótesis de posible relación a la hora de la valoración, intentando monitorizar la frecuencia cardiaca y la tensión arterial y enviando al paciente a un hospital lo antes posible. También se recalca que podría haber un incremento de casos de enfermedad de kawasaki en niños provocado por el COVID-19.

Definitivamente, es necesario recolectar más datos para entender cómo funciona esta enfermedad y así poder desarrollar mejores tratamientos. Hasta el momento ni siquiera se ha podido llegar a comprender al 100 % todo lo relacionado con el COVID-19 ni obtener una vacuna para erradicar el virus. Son procesos que requieren mucho tiempo para investigar y desarrollar adecuadamente una cura.

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