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El efecto de las drogas en la vida sexual

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Introducción

En ocasiones podemos encontrar personas que piensan que con las drogas pueden mejorarse algunos aspectos de la vida sexual. La información que expondremos a continuación revela que esta concepción es totalmente falsa.

Puede que haya algunos beneficios iniciales como la desinhibición y la euforia pero a mediano y largo plazo las sustancias tóxicas destruyen no solo el erotismo sino la relación de pareja. Además, no podemos predecir la respuesta a las drogas, pues depende de la interacción de varios factores como son la psique, el metabolismo, la susceptibilidad individual y el tipo de droga consumida.

Por otra parte, una sustancia o peor aún, una mezcla de drogas diversas con la actividad sexual puede traer consecuencias tales como el sexo irresponsable, las enfermedades venéreas o los embarazos no deseados. La responsabilidad con la propia salud nos exige ser muy cautos en esta materia así como contar con un seguro médico.

Efectos de las drogas sobre la sexualidad

Cada sustancia tóxica tiene efectos diferentes sobre varios órganos y los relacionados con la función sexual no están exentos de tales riesgos. Tanto las drogas legales como las no permitidas pueden causarnos daños que repercuten en todo el organismo.

La Organización Mundial de la Salud define las drogas como sustancias químicas, naturales o sintéticas con tropismo preferente sobre la actividad mental. Por ello estas sustancias nos producen alteración del pensamiento y de las percepciones, además de sus efectos físicos relacionados.

Ácido lisérgico

Esta droga, conocida comúnmente como LSD, genera alucinaciones y percepciones sensoriales falsas o distorsionadas, pues es un potente psicotrópico. Estos efectos pueden ser muy placenteros o por el contrario, resultar aterradores y generarnos estados de ansiedad y pánico que duran muchas horas, y que pueden repetirse días o meses después en los llamados flashbacks.

En las circunstancias previamente descritas, los participantes en la relación pueden exponerse a sufrir lesiones por una reacción agresiva de la pareja. Con frecuencia sucede que no se llega a consumar el coito, pues las alucinaciones suplantan a la relación física. Otro efecto puede ser que simplemente cada quien se quede en la esfera propia y no interactúe con la pareja. En el plano físico, el LDS puede impedirnos la erección durante muchas horas.

Anfetaminas

Estas sustancias llegan a producirnos un gran incremento en las funciones cognitivas y el rendimiento físico, además de ser euforizantes. Su consumo abusivo, sin embargo, produce insomnio, elevación de riesgo de sufrir eventos cardíacos y limitan el tiempo de la erección.

Su efecto euforizante puede que lleve a pensar que incrementa impulso sexual y la libido, pero no es cierto. Por el contrario, nos alteran el deseo sexual, la respuesta orgásmica, la erección y la eyaculación.

Cocaína

Esta droga puede consumirse como clorhidrato de cocaína a través de las mucosas nasales o por vía intravenosa, o como crack, que se fuma. Al principio incrementa la sensibilidad o actúa como un euforizante que nos ayuda a iniciar la relación y superar las inhibiciones. También aumenta la autoestima por lo que quien la consume se siente capaz de un gran desempeño. Pero usarla de manera crónica puede conducirnos a severas secuelas.

Una de ellas es la disfunción eréctil o la pérdida del deseo sexual. Otra consecuencia puede ser el priapismo, es decir, una erección no relacionada con el estímulo sexual, dolorosa y persistente. Por otra parte, la cocaína puede desencadenar conductas celotípicas con emociones desmesuradas, patológicas y potencialmente peligrosas.

El consumo crónico de crack es particularmente lesivo. Podemos encontrar que un alto porcentaje de mujeres resultan anorgásmicas y una cantidad equivalente de hombres presenta disfunción eréctil

Alcohol

El alcohol es un depresor del sistema nervioso. En pequeñas dosis y en un primer momento puede funcionarnos para desinhibir y aumentar el deseo sexual. De incrementarse el consumo, en realidad dificulta tanto el orgasmo femenino como la erección y la eyaculación. Por otra parte, quienes consumen un exceso de alcohol tienen un mayor riesgo de presentar conductas violentas y celos patológicos.

El consumo de alcohol de manera crónica lesiona nuestras neuronas ubicadas en el hipotálamo. Estas son las que segregan oxitocina. Esta hormona se relaciona con la respuesta sexual, por lo que su déficit produce anorgasmia en ambos sexos. Por otra parte, la ovulación puede verse bloqueada y disminuye los niveles de testosterona.

Nicotina

Los daños que sobre el endotelio vascular causa la nicotina repercuten en la esfera sexual. El estrechamiento de las arterias nos dificulta la erección y altera la lubricación vaginal. El riesgo de sufrir disfunción eréctil es 1,6 veces mayor en los fumadores.

Cannabis

Tanto la marihuana como el hachís generan aumento de la percepción sensorial; nos relajan física y mentalmente creando una sensación de bienestar. Pero consumidos de forma persistente generan desinterés sexual. Por otra parte, suprimen las secreciones vaginales, lo que conduce a un coito doloroso (condición llamada dispareunia).

En ambos sexos su consumo crónico altera los niveles hormonales y en los hombres genera reducción del líquido seminal, disminución en los niveles de testosterona y reducción de la producción de espermatozoides, que pueden tener alterada su morfología. En las mujeres altera los ciclos menstruales y suprime la ovulación.

Nitrito de amilo

Esta droga, conocida popularmente como popper, tiene una falsa reputación como sustancia afrodisíaca. Está relacionada con la relajación de la musculatura del esfínter anal, por lo que puede ser usada para la penetración por esta vía. Tiene efectos secundarios peligrosos como ataques cardíacos o migrañas. Además, en la esfera sexual retarda la eyaculación.

Heroína

Esta droga es un narcótico y por ello deprime nuestro sistema nervioso central además de los centros neurológicos relacionados con la función sexual. La heroína es capaz de alterar muchas de las funciones del aparato reproductor en ambos sexos. Suprime el deseo sexual, disminuye los niveles de testosterona y produce impotencia; inhibe la eyaculación, genera anorgasmia y altera los ciclos menstruales.

Conclusión

Las drogas no son lo indicado para mejorar el desempeño sexual. En algunos casos contrarrestan las inhibiciones y con ello nos facilitan el contacto inicial, pero resultan lesivas para la sexualidad y la reproducción.

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