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Introducción de la alimentación complementaria en bebés

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La alimentación complementaria, ¿qué es?

La alimentación infantil complementaria consiste en introducir en bebés lactantes otro tipo de alimentación en forma sólida o semisólida sin dejar como base de su alimentación la lactancia materna o artificial.

¿Cuándo empezar?

Si estamos estrenando maternidad, la fecha ideal para comenzar con la alimentación complementaria, según recomiendan los expertos, debe ser a los 6 meses, generalmente.

Tenemos que tener bien claro que está totalmente desaconsejado empezar antes de los 6 meses. Los expertos han observado un aumento de las infecciones en los bebés que han empezado la alimentación complementaria antes de esta edad.

Señales que indican cuándo empezar

Aunque los seis meses sea la fecha recomendada, no significa que tenga que ser obligatoriamente la edad indicada para nuestro pequeño. Es un hecho que, físicamente, su organismo ya estará preparado en cuanto a maduración de su sistema renal, gastrointestinal, inmune, etcétera. No obstante, tenemos que observar que nuestro bebé se sostenga en posición sentada sin ayuda.

También es importante ver que no tenga el reflejo de extrusión, es decir, que no expulse la comida con la lengua hacia afuera cuando se la ofrecemos. Tampoco hay que olvidar que mostrar interés en la comida y ser capaz de llevársela a la boca él solo son otras señales que indican que está listo para la alimentación infantil complementaria.

Alimentos para empezar con la alimentación complementaria

Si bien ya no hay un consenso sobre con qué alimentos empezar, los expertos recomiendan siempre que sean con los que tienen un alto contenido en hierro y zinc, respetando siempre la tradición familiar, disponibilidad de los alimentos y gustos del niño. No todos los bebés son iguales ni llevan el mismo ritmo madurativo, por lo que la alimentación ha de adaptarse a sus necesidades personales.

Las verduras son las mejores

Empezar con zanahorias, patatas, apio, puerro, etcétera, suele ser el camino más recomendado. No obstante, lo mejor es consultar a nuestro pediatra de la seguridad social o seguro médico. Él nos podrá guiar mejor en función de las necesidades de nuestro pequeño.

¿Biberón y cereales?

Si nuestro hijo no está tomando pecho, sino biberón, los cereales pueden ser incluidos dentro de este en vez de utilizar purés, de forma que será mucho más sencillo tanto para él como para nosotros la introducción de este alimento.

Sistemas para introducir la alimentación complementaria

El sistema más típico y el que han utilizado con seguridad nuestros padres y abuelos con nosotros es el puré, cociendo los alimentos y triturándolos posteriormente para formar una pasta que es la que nos han ofrecido como alimento complementario. No obstante, últimamente se están abriendo paso con éxito nuevas y novedosas técnicas para introducir en la alimentación sólida a nuestros hijos.

Baby led weaning

Quizás la más famosa de todas ellas es el baby led weaning. Esta técnica consiste en cocer y cortar los alimentos en tiras, de forma que nuestro bebé pueda cogerlos fácilmente , manipularlos. Así, de una forma respetuosa con sus tiempos y necesidades, él mismo irá llevándose los alimentos a la boca y probando nuevos sabores y alimentos. Sus ventajas son variadas:

- Se desarrolla menos aversión por la comida.

- Autorregula su apetito por sí solo.

- Come más sano.

- Desarrolla sus habilidades motoras.

Los tres días para introducir alimentos nuevos

Es importante que conozcamos cómo funcionan las reacciones alérgicas a los alimentos. Muchas veces, cuando comemos algo por primera vez, nuestro cuerpo no reacciona al "ataque", sino que es la exposición continua al alimento lo que desata la respuesta de nuestros sistema inmune.

Es por ello que tenemos que cuidarnos siempre que introduzcamos un alimento nuevo, de ofrecérselo a nuestro bebé durante al menos tres días aumentando la cantidad de alimento cada vez. Ya no es necesario que sea de forma consecutiva, aunque sí en la misma semana.

Una novedad cada vez

No obstante, si no vamos a hacerlo de forma consecutiva, es importante que no introduzcamos nada nuevo mientras dura la introducción de un alimento. Es decir, introducir un alimento cada vez.

Si estamos introduciendo el tomate en nuestro pequeño, no le daremos a probar nada nuevo hasta que no acabemos con los tres días de introducción. Si no lo hacemos así, en caso de que nuestro hijo sufra una reacción alérgica, no sabremos cuál de los alimentos ha sido el que lo ha ocasionado.

El caso especial del huevo

¿Por qué el huevo es especial? Pues porque en general las reacciones alérgicas al huevo suelen ser más virulentas y graves, por eso hemos de tener especial cuidado a la hora de introducirlo en la alimentación infantil.

Lo primero a tener en cuenta es que hemos de esperar a que nuestro hijo tenga 10 meses para introducir este alimento. Si tenemos antecedentes en la familia de alergia al huevo, es recomendable esperar al año de edad. No porque vaya a tener menos posibilidades de que le dé alergia, sino porque en caso de que ocurra, será mayor en caso de necesitar una intervención médica.

Otro aspecto negativo del huevo es que puede dar alergia tanto la clara como la yema por separado, o el conjunto al mezclar ambas.

La vía más segura es, con el huevo cocido, separar clara de yema y ofrecer primero una pequeña cantidad de clara para posteriormente ir aumentándola durante los siguientes dos días, hasta que el niño coma al menos la mitad de una clara de huevo.

Posteriormente, haremos lo mismo con la yema. Un cuarto, media y yema completa, durante el primer, segundo y tercer día respectivamente. Hacia el final, probaremos con un huevo cocido completo y, para finalizar, una tortilla francesa muy cuajada.

Conclusión: todo debe ser con naturalidad

Es importante intentar llevar siempre con naturalidad la introducción alimenticia, observando lo que nuestro pequeño demanda, necesita o quiere en todo momento. También es de total ayuda contar con el apoyo de su pediatra, quien siempre nos guiará para saber por dónde seguir o hasta dónde llegar

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