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Una prueba para el seguimiento del cáncer
Cuando llevamos a cabo la prueba de marcadores tumorales pretendemos dar un seguimiento a la enfermedad o al tratamiento para el cáncer. En ningún momento esta prueba se realiza para diagnosticar, ya que existen enfermedades que pueden alterar dichos marcadores sin representar la presencia de un tumor. A continuación veremos en qué consiste esta prueba y cómo se aplica.
Los marcadores de cáncer se buscan a través de tres pruebas diferentes en función de las circunstancias de cada paciente. Así, se pueden realizar estudios de sangre, de orina e, incluso, mediante una biopsia, de tejidos.
Hay que tener en cuenta que estas no son pruebas de diagnóstico, ya que los marcadores tumorales pueden dar positivo en diversas enfermedades y en tratamientos para el cáncer, con el fin de comprobar si este ha remitido o en qué nivel se encuentra.
Los fines que se buscan tras realizar dichos estudios son la planificación de un tratamiento, así como la comprobación de los resultados de este ante una enfermedad tumoral. También se pretende analizar la presencia de tejidos tumorales y su diseminación.
Otro de los aspectos importantes que se buscan saber es si ha reaparecido el cáncer tras la aplicación de un tratamiento. Estas mismas pruebas pueden ser relevantes en descendientes de personas que han sufrido cáncer, aunque sus resultados no serán del todo concluyentes.
¿Qué debemos tener en cuenta en las pruebas?
Por lo general, no se requiere una preparación especial a la hora de realizarse las pruebas de sangre y orina. Es posible que, al igual qu pueden exigirse para una biopsia, tengamos que guardar varias horas de ayuno. En función de las circunstancias de cada paciente, el especialista determinará el tiempo estimado de dicho ayuno, si es que es imprescindible.
En el caso de que nos realicemos un análisis de sangre, que es la prueba más común en estos casos, el procedimiento es muy sencillo y no dura más de cinco minutos. Cuando se solicita una prueba de orina, por lo general suele ser la primera micción del día, la cual deberá entregarse a la mayor brevedad posible para su análisis.
Para la prueba de la biopsia debemos tener en cuenta la posibilidad de sentir una pequeña molestia, ya que el especialista puede elegir una muestra de tejidos internos y, en ese caso, es preciso el uso de una aguja especial. Y en algunos casos, la aplicación de anestesia local.
El médico aconsejará muestras seriales, es decir, la repetición de estas pruebas con intervalos de uno a dos meses para comprobar el comportamiento del organismo ante posibles tumores. Los niveles tumorales suelen sufrir cambios periódicos, siendo importante una estrecha vigilancia de los mismos, especialmente cuando se está bajo tratamiento. Ello, con el fin de analizar su efectividad frente a los tejidos tumorales afectados.
La necesidad de una prueba específica y sensible
Una prueba de este tipo en un paciente que no ha sido diagnosticado de cáncer no sería específica, pudiendo provocarle una ansiedad innecesaria. Sabiendo que hay casos en los que se dan falsos positivos, debemos evitar este estudio en caso de no buscar un resultado específico.
De la misma forma, una prueba puede no ser tan sensible como se espera si, ante un paciente con cáncer, el resultado de esta enfermedad es negativo. También puede ocurrir que ante un tratamiento el análisis confunda, haciendo creer que su aplicación está dando buenos resultados cuando realmente no es así.
Para alcanzar un resultado específico debe recurrirse a marcadores específicos indicados para un determinado tipo de cáncer y su evolución durante el tratamiento.
Marcador CA-125
El marcador CA-125 es específico para el cáncer de ovario y es usado para comprobar la eficacia del tratamiento.
También se aplica para realizar un seguimiento a la paciente que ha superado el cáncer de ovario y descartar que este haya podido reproducirse.
Marcadores CA 15-3 y CA 27-29
Estos marcadores están indicados para el cáncer de mama. Su aplicación se suele llevar a cabo durante el tratamiento para analizar la evolución del cáncer o, en su caso, el buen resultado de aquel.
Marcador PSA
El antígeno prostático específico es un marcador indicado, obviamente, para el cáncer de próstata. Puede ayudar a detectar este tumor en pacientes susceptibles de padecerlo, ya sea por herencia genética o por el factor edad (habiendo sobrepasado los 50 años).
También se aplica durante el tratamiento una vez diagnosticado, ya que sirve para observar el proceso que lleva. En caso de que el paciente haya superado el cáncer, habiéndose tratado previamente, dicho marcador nos ayudará a vigilar una posible reaparición de la enfermedad.
Marcador CEA
El antígeno carcinoembrionario es un marcador específico usado para diversos tumores como el de pulmón, el colorrectal, el de estómago, el de tiroides, el de mama, el de ovario y el de páncreas.
El CEA permite conocer la eficacia del tratamiento en estos tipos de cáncer, así como si han podido reaparecer después de haberlos superado previamente.
Marcador AFP
La alfafetoproteína es un marcador dirigido al diagnóstico del cáncer de hígado, así como a su control. También es utilizado para detectar el estado de los cánceres de testículo y ovario. Nos informa de las probabilidades que tenemos de recuperarnos y de la eficacia del tratamiento en todos los tipos de cánceres anteriormente mencionados.
Marcador B2M
La microglobulina β2 es un tipo de marcador específico dirigido al control de determinados linfomas, las leucemias y el mieloma múltiple.
A través de su análisis, el especialista podrá determinar la probabilidad de recuperación tras la administración de un tratamiento, así como si este está dando los resultados esperados.
Un apoyo clínico muy útil
Es necesario entender que el cáncer no actúa de la misma manera en todos los pacientes. De esta forma, un mismo tratamiento puede dar resultados distintos en un afectado y en otro. Los marcadores tumorales ayudan a dar una idea de cómo va actuando el cáncer en nuestro organismo en caso de que nos estemos tratando o lo hayamos superado con anterioridad. Son pruebas muy sencillas de ejecutar, pero han de llevarse a cabo de manera específica.
