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Dejar de fumar es un reto para muchas personas y debemos ser sinceros diciendo que en las primeras semanas habrá momentos críticos que hay que superar. No obstante, con fuerza de voluntad y cambio de hábitos podremos conseguir dejar de sentirnos esclavos del tabaco. En este artículo puntualizamos las mejoras que experimenta nuestro cuerpo cuando decidimos decir adiós a los cigarros, tanto a corto y medio, como a largo plazo.
Beneficios de despedirnos del tabaquismo
Diferenciaremos las mejoras de nuestro cuerpo por etapas para que todos aquellos que quieran dejar el tabaco tengan información valiosa sobre los cambios que se producirán en su organismo. Estamos convencidos de que este empuje emocional ayudará a afrontar el proceso más fácilmente cada vez que aparezcan las ganas de dar una calada nuevamente a un cigarro.
Además, en el caso de querer aumentar la unidad familiar diremos que si dejamos de fumar, disminuirá nuestra probabilidad de sufrir impotencia y, en el caso de las mujeres, desaparecerán muchas dificultades para quedarse embarazas, tener abortos o tener hijos con problemas derivados de insuficiencia respiratoria.
Proponemos la opción de contratar un seguro médico para todas aquellas personas que lo hayan intentado de mil maneras y no hayan conseguido olvidarse de los cigarrillos o tengan un estado de salud delicado y quieran disponer de un servicio de calidad garantizado. De esta forma, los fumadores decididos a cambiar dispondrán de una ayuda profesional rápida y continua para guiar sus pasos adecuadamente hasta conseguir el propósito de sentirse libres para siempre del tabaquismo.
Beneficios de dejar el tabaco a corto plazo
Comenzaremos diciendo que los beneficios que obtendremos desde el primer minuto que demos la última calada son muchos. A continuación, exponemos las ventajas que adquiriremos en los primeros días de abstención:
- Generalmente, a los veinte minutos de apagar el último cigarrillo se producirá una regulación de la presión arterial y frecuencia cardiaca que percibiremos notablemente con tan solo caminar.
- Según pasen las horas, el organismo mejorará la oxigenación de los pulmones y a las ocho horas el monóxido de carbono reducirá su tasa a la mitad al no presentar partículas tóxicas que se inhalan con el humo del tabaco.
- En tan solo dos días, los sentidos del gusto y el olfato volverán a la normalidad y podremos volver a disfrutar de aquellos sabores y olores que habíamos perdido como fumadores.
- A las setenta y dos horas la función respiratoria volverá a recuperar su normalidad y si comenzamos a hacer deporte comprobaremos que somos capaces de respirar mejor que cuando éramos esclavos del tabaco.
Beneficios de dejar el tabaco a medio plazo
Una vez hayamos pasado los primeros meses de desintoxicación, podremos decir que somos exfumadores y tan solo deberemos ser rotundos y decir siempre que no a aquellos que nos inciten a volver a coger un cigarro. En el primer año nuestro cuerpo ya estará en un nivel superior de bienestar y reduciremos el riesgo de sufrir muchas enfermedades. Seguidamente detallamos todos los factores positivos que habremos conseguido al llegar a este período de curación:
- A los seis meses nuestras defensas se estabilizarán y reduciremos catarros y bronquitis, además de prevenir procesos infecciosos e inflamatorios, como la faringitis o la sinusitis, que provocan las sustancias que contiene el humo del tabaco.
- Cuando llevemos un año sin fumar, nuestro riesgo de tener un infarto de miocardio quedará reducido a la mitad, además de frenar las posibilidades de padecer anginas de pecho, muerte súbita e incluso un ictus.
Beneficios de dejar el tabaco a largo plazo
Cuando ya hayamos dejado casi en el olvido la época de fumador y hayan pasado unos años, nuestro organismo se habrá recuperado casi por completo y tenderá a igualar las condiciones con una persona que no ha fumado nunca. Para tener una idea de todos los factores positivos que conseguiremos, en las siguientes líneas puntualizamos las mejoras de nuestro cuerpo cuando ha pasado un período largo de tiempo:
- A los cuatro años, el riesgo de padecer enfermedades del corazón será el mismo que en una persona que no haya cogido un cigarro nunca.
- Cuando pase una década, nuestro organismo será capaz de recuperar los índices de riesgo semejantes a los que tienen las personas que no fumen. Por ello, el cáncer de pulmón, que es el que más afecta a los fumadores, también quedará reducido a las mismas posibilidades que un no fumador, siempre dependiendo, obviamente, de los datos particulares de cada persona.
En conclusión, dejar de fumar es posible y solo es cuestión de tener las ideas claras y contar con mucha constancia y esfuerzo. Además de recomendar una correcta asesoría médica, aconsejamos leer, de vez en cuando, la información incluida en este artículo para reforzar el compromiso de decir adiós a ese vicio negativo que lo único que aporta es dañar el organismo.
