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Prevención de la cistitis

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Introducción

La cistitis es una dolencia que podría evitarse tras cambiar el estilo de vida. Por suerte, ciertas medidas de prevención han demostrado su total eficacia a la hora de evitar su molesta aparición. A continuación, definimos en qué consiste esta enfermedad y ofrecemos recomendaciones para proteger el aparato urinario de forma eficiente.

¿Qué es la cistitis?

Una inflamación de la vejiga provocada por la bacteria Escherichia ColiDe no tratarse, provoca dolor e incluso podría convertirse en peligrosa de llegar a los riñones. Es más frecuente en las mujeres dada su anatomía, ya que su uretra está a menos distancia de la vejiga por lo que las bacterias pueden actuar con mayor rapidez.

También existe un tipo de cistitis no infecciosa que está causada por:

- El síndrome de la vejiga inflamada. Se conoce como cistitis intersticial y no siempre resulta sencillo su diagnóstico.

- El consumo de medicamentos con ifosfamida o ciclofosfamida. Al ser expulsados por la uretra pueden generar dolor.

Hipersensibilidad a productos químicos.

- El uso de sondas de forma permanente.

Otras enfermedades como la diabetes, dolencias renales, lesiones medulares o las relacionadas con el agrandamiento de la próstata.

¿Cuáles son sus síntomas?

Principalmente tres:

Necesidad urgente de orinar. Suele resultar incontrolable y va aumentando a medida que la infección avanza.

- Tenesmo en las vías urinarias. Es el término médico que define la sensación de no haber terminado de orinar.

Hematuria. Es la presencia de sangre en la orina, por lo que esta aparece con un color rojizo. Además, produce escozor al miccionar.

Cualquiera de estos tres síntomas exige la visita al médico para evitar la propagación de la infección.

Consejos para prevenir la aparición de la cistitis

Entre los consejos más eficientes para evitar que la cistitis haga su aparición se han seleccionado los que ahora explicamos.

Ir al baño frecuentemente

Puede parecer un contrasentido, pero no lo es. La orina contiene sustancias que desinfectan el aparato urinario. Es necesario ir al baño, al menos, una vez cada dos horas para conseguir este efecto. Para ello, nada mejor que beber un litro y medio de agua al día.

Cuidar la higiene íntima

Es importante mencionar que el pH de la vagina es muy sensible al tipo de producto que se use para su limpieza. No es adecuado utilizar el gel de baño que se emplea para el resto del cuerpo. Es más recomendable usar productos específicos para la higiene íntima o, en su defecto, apostar por un jabón neutro que no altere la flora vaginal. Es más favorable ducharse que bañarse.

En este apartado es necesario incluir la necesidad del cambio de la ropa interior (preferiblemente de algodón y nunca demasiado ajustada) o del salvaslip (que ha de usarse solo en ocasiones puntuales) de forma regular. A su vez, resulta necesario recordar que el secado, de adelante hacia atrás, después de ir al baño y de la higiene íntima es esencial para prevenir la infección que venimos describiendo.

Mención aparte merece la idoneidad de las duchas vaginales. A pesar de que parecen una medida acertada para mejorar la higiene íntima, han sido desaconsejadas por todo tipo de expertos en estas enfermedades y en su tratamiento.

La entrada directa de agua en la vagina provoca una alteración severa de su pH, lo que termina favoreciendo que se contraiga una cistitis. Por tanto, este tipo de duchas no son nada recomendables. El uso de tampones, y del diafragma como método anticonceptivo, tampoco es adecuado, puesto que favorece el crecimiento de las bacterias.

No permanecer demasiado tiempo con el bañador o el biquini mojado

El verano suele ser la estación del año en la que los casos de cistitis aumentan de forma alarmante. El motivo no es otro que el uso del bañador o del biquini para bañarse. Por lo general, tras salir del agua se opta por tomar el sol y dejar que sea este el que seque la prenda de baño escogida.

La humedad permanente altera el microbioma interfiriendo en su función de proteger el organismo frente a las bacterias. Dicha interferencia merma la correcta ejecución dando lugar a la cistitis. Resulta imprescindible, por tanto, cambiarse el bañador para evitar esta circunstancia.

Favorecer el tránsito intestinal

El estreñimiento es un síntoma de que la dieta de esa persona es pobre en fibra. Además, contribuye a la expulsión de las bacterias cercanas a la vejiga. Así, aumentando la ingesta de ensaladas, frutos secos, kiwi o zumos naturales es posible recuperar el funcionamiento normal del aparato digestivo.

Confiar en la eficacia de los frutos rojos

El arándano rojo se caracteriza por contener polisacáridos que evitan que la E.Coli alcance niveles poco adecuados. El problema reside en que se suelen consumir cuando ya se tiene la infección. Lo lógico es incorporarlos a la dieta y tomarlos de forma habitual para prevenirla.

Orinar antes de tener relaciones sexuales

En cualquier relación sexual se produce un intercambio de bacterias que puede provocar la cistitis. Resulta indispensable vaciar la vejiga todo lo posible antes de mantener relaciones con el fin de evitar que las bacterias de la otra persona puedan terminar convirtiéndose en el inicio de una cistitis.

Evitar el consumo de refrescos azucarados, la cafeína, el alcohol y el tabaco

Las bebidas con gas producen alteraciones en el funcionamiento renal. La cafeína eleva la circulación sanguínea y puede llegar a incidir en el sistema inmunológico si la tomamos en cantidades poco apropiadas.

El alcohol y el tabaco son dos sustancias tóxicas que al ser eliminadas favorecen la alteración del pH vaginal. Suprimiendo estas sustancias de la dieta resulta mucho más sencillo para el organismo hacer frente a la cistitis e, incluso, impedir que haga su aparición.

Conclusión

Siguiendo las recomendaciones anteriores es posible no padecer una inflamación cuya evolución debe ser siempre supervisada por un médico para evitar consecuencias impredecibles que pudieran afectar al estado de salud de la persona.

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