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¿Qué es la urticaria?

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La urticaria es más que un simple picor. A diferencia de lo que suele pensar mucha gente, es una enfermedad grave de la piel, provocada por situaciones de estrés o problemas psicológicos. Condiciona la vida de quien la sufre. Es un motivo de consulta frecuente en la práctica médica. Aproximadamente, el 20 % de la población la ha sufrido en algún momento.

¿Qué es la urticaria?

Es una reacción muy llamativa en la piel, que provoca la aparición de habones (ronchas rojas de diferentes tamaños). Las urticarias suelen ser autolimitadas, es decir, surgen de forma rápida y espontánea, para después frenarse e ir desapareciendo poco a poco. Son realmente molestas, con una sensación de dolor y picazón.

Esta enfermedad es preocupante cuando las ronchas empiezan a aparecer de forma constante durante meses o años. En este caso, estaríamos ante una urticaria crónica, que puede llegar a afectar a nuestra rutina diaria.

El Comité de Alergia Cutánea de la Sociedad Española de Alergia e Inmunología Clínica llevó a cabo un estudio transversal en el que indicaba que casi la mitad de la población (un 43 %) padecía urticaria en las edades comprendidas entre los 3 y los 6 años. La incidencia de la urticaria aguda es del 18,7 % en la población.

Además de la aparición de habones, otro síntoma de la urticaria es el agioedema. En este caso, la zona afectada por la inflamación es más profunda y suele aparecer en el tejido subcutáneo de la dermis. En estos casos su desaparición es más lenta, causando sensación de dolor y tirantez. No obstante, existen varios tipos de urticaria que afectan de modo distinto a nuestro cuerpo:

1. La urticaria aguda es aquella prolongada en el tiempo, pero que dura menos de 6 meses. Los habones no suelen dejar lesión residual. La población infantil es la más afectada.

2. Las urticarias físicas aparecen a raíz de distintos estímulos físicos y suelen desaparecer de forma espontánea en un par de horas.

3.  La urticaria por presión se desencadena cuando aplicamos presión sobre cualquier parte del cuerpo. Es poco frecuente, pero en su forma crónica supone hasta el 27 % de aparición en los adultos.

4. La urticaria por frío es consecuencia del contacto de la piel con agua, aire, bebidas, alimentos o cualquier objeto frío. Esto genera habones de forma inmediata en la zona expuesta. A mayor exposición, mayor riesgo de que la enfermedad se convierta en sistémica.

5. Por último, la urticaria crónica es la más preocupante. Sus efectos se dejan notar por un periodo mínimo de 6 semanas. Aparece recurrentemente durante meses o años. En algunas ocasiones, es la manifestación de otra enfermedad hepática, autoinmune o parasitosis.

Principales síntomas en la piel

Los habones o ronchas en la piel son los síntomas más claros y específicos de la urticaria. Pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo y en diferentes grados. No obstante, existen otros síntomas que nos pueden estar indicando que sufrimos una reacción de este tipo:

1. Las ronchas o habones suelen ocasionar una molesta picazón en la zona afectada. Si frotamos la piel, agravaremos más la situación inflamatoria.

2. La inflamación y la hinchazón, así como la aparición de bultos de gran tamaño, pueden surgir alrededor de los ojos, las manos, los labios, los pies o la garganta, incluso en los genitales.

3. Las zonas afectadas se quedan con una forma de parches con manchas oscuras, en contraposición con las zonas de la piel que no están afectadas.

4. Otros síntomas que se han detectado son náuseas, vómitos y dolor de tripa.

5. Si la urticaria se agrava, podemos sufrir un choque anafiláctico, con bajada de la tensión arterial y problemas para respirar.

6. En la medida de lo posible, debemos evitar el calor y la sudoración en la zona afectada. También, evitar el estrés nos ayudará a controlar esta dolencia.

Relación con la alergia

Es cierto que la urticaria puede aparecer como consecuencia de una reacción alérgica, pero, al contrario de lo que pueda parecer, la urticaria no siempre es alergia. De hecho, la mayoría de veces tiene causas muy distintas. No todas las reacciones cutáneas que sufrimos son la expresión de procesos alérgicos.

Las causas que provocan la urticaria pueden ser de muchos tipos y muy variadas. Las infecciones víricas, los alimentos, algunos medicamentos que estemos tomando en ese momento, las picaduras de insectos, la parasitosis, el frío y algunos materiales como el látex, e incluso los rayos de sol, pueden ser el origen. Aun así, cada caso es diferente.

Algunas investigaciones apuntan al estado emocional o el estrés como factores a tener en cuenta a la hora de evaluar al paciente que la padece. Como podemos observar, las consecuencias de una urticaria van mucho más allá de lo que pensamos y sería erróneo identificarla siempre con una reacción alérgica.

¿Se contagia?

La respuesta rápida y sencilla es la siguiente: la urticaria no es contagiosa. Es importante que la sociedad se sensibilice con las personas que la sufren. Puede llegar a condicionar su vida personal, laboral y sus relaciones íntimas.

Es necesario comenzar a derribar mitos y dar mayor visibilidad a esta patología. Sigue existiendo mucho desconocimiento por parte del paciente, sobre todo si sufre urticaria crónica, una enfermedad desconocida que afecta al 1 % de la población.

Conclusión

La urticaria es una enfermedad que nos provoca síntomas muy molestos en la piel. En sus diversas manifestaciones, la sufre la mayor parte de la población. Los síntomas en la piel van desde la aparición de ronchas y habones, hasta la inflamación con sensaciones de picazón y dolor. En la mayoría de ocasiones no está relacionada con ninguna reacción alérgica y no se contagia. Sin embargo, hay que darle mayor visibilidad, pues la urticaria crónica es una enfermedad que condiciona la vida de quien la tiene.

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