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¿Tienes dermatitis de contacto? ¿Cómo detectarla?

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La dermatitis de contacto es una reacción inflamatoria cutánea derivada de un roce directo de nuestra piel con alguna sustancia. Para identificarla correctamente es importante conocer qué es, los síntomas que puede presentar y el tipo de tratamiento que habitualmente se sigue para erradicarla con éxito. Tratamos y analizamos todos estos puntos en el siguiente artículo.

¿Qué es la dermatitis de contacto?

Podemos definir la dermatitis de contacto como una alteración de la piel tras entrar en contacto directo con una sustancia concreta. Puede originar en la zona afectada rojeces, erupciones, inflamación y dolor más o menos intenso.

No es una afección contagiosa ni peligrosa, pero sí puede condicionar en cierta medida nuestra vida, al ser muy molesta.

Principales causas

En líneas generales, las causas que generan esta dermatitis tienen su origen en un contacto directo con la sustancia que la provoca, algo que desencadena una reacción irritativa o alérgica.

1. Dermatitis irritativa

Es la tipología más común y extendida. No se trata de una reacción alérgica, sino que la piel se ve alterada por una fricción o exposición continuada a un producto que la irrita.

Entre los productos que suelen desencadenar esta irritación, podemos destacar los suavizantes, los disolventes, los ácidos, una amplia variedad de materiales alcalinos y otro tipo de químicos nocivos. Cualquiera de ellos puede originar una erupción, bien de manera inmediata tras el contacto o bien posteriormente, tras haber recibido la piel varias aplicaciones de la sustancia.

Estos componentes, traducidos al lenguaje común, serían, por ejemplo:

Champússuavizantes y productos específicos para el cabello, como los tintes.

Blanqueadores detergentes para la ropa.

- Cemento.

- Guantes fabricados en caucho o látex.

Pesticidas y fertilizantes.

Otro foco conflictivo que puede originar esta patología en los niños más pequeños son los pañales húmedos. Una exposición prolongada a ellos puede desembocar en dermatitis irritativa de contacto.

Además, este tipo de dermatitis suele afectar especialmente a aquellos que tienen antecedentes de dermatitis atópica, psoriasis, etc.

2. Dermatitis de contacto alérgica

En este caso, hablamos de una irritación en la piel como consecuencia de una reacción alérgica a determinada sustancia.

Aunque cada persona puede desarrollar alergias durante distintas etapas de su vida, sí podemos establecer algunos de los alérgenos más repetidos:

1. Productos empleados en cosmética y belleza, como pegamento de pestañas, lociones de afeitar, desodorantes, perfumes, jabones, cremas, geles o esmaltes de uñas, entre otros.

2. Medicamentos tópicos (como las cremas antibióticas) u orales (como los antihistamínicos).

3. Formaldehído, un compuesto que podemos encontrar presente en desinfectantes, conservantes y ciertos tejidos.

4. Polen de ambrosía.

5. Metales con los que se fabrica bisutería, relojes o cremalleras (el níquel, el mercurio, el cobalto...).

6. Plantas como el roble o la hiedra venenosa.

No olvidemos que también cabe la posibilidad de que otros productos nos afecten únicamente si nuestra piel se encuentra expuesta a la luz solar (lo que los expertos han denominado fototoxicidad fotoalergia).

Por otro lado, puede que no desarrollemos la reacción a cualquiera de estos materiales de manera inmediata, sino que aparezca a la segunda o tercera vez que los empleamos.

De hecho, cabe la posibilidad de tolerarlos durante años y que inesperadamente aparezca la alergia. Eso sí, una vez se nos ha manifestado, seremos alérgicos de por vida al componente en cuestión. Por ello, hay que ser especialmente cuidadoso y acudir al médico al detectar los primeros síntomas.

Además, este tipo de reacciones suele aparecer a las 24 o 48 horas de la exposición y puede mantenerse durante semanas.

Síntomas de la dermatitis

Los síntomas pueden aparecer tanto en las zonas expuestas a la sustancia como de manera generalizada en otras partes del cuerpo.

Podemos hablar de dermatitis de contacto cuando aparecen los siguientes signos:

Erupciones cutáneas rojizas e hinchazón. La epidermis se altera y da un aspecto de quemadura.

Ardor y picazón, que puede ser de moderada a intensa.

Aumenta la sensibilidad de la piel.

Piel seca que puede llegar a agrietarse e incluso descamarse.

- En los casos más graves pueden aparecer bultos y ampollas con supuración y costras. Esto indicaría la posible infección de la piel, por lo que tendríamos que acudir inmediatamente al médico.

Si cualquiera de estas manifestaciones afecta a nuestra vida diaria, nos impide dormir o no mejora en el plazo habitual establecido de tres semanas, hay que solicitar atención médica.

Tratamientos

Lo principal a la hora de plantear un tratamiento para este tipo de dermatitis es identificar y eludir la sustancia causante de la reacción. Dependiendo de la gravedad y extensión de las lesiones cutáneas, los expertos recomiendan ajustar el diagnóstico tras el sometimiento a las pruebas de alergia con parches cutáneos. Así se podrá determinar con exactitud qué alérgeno es el que nos está provocando la irritación.

Por lo general, cuando nos alejamos del foco que nos produce la dermatitis, los síntomas desaparecen en un periodo comprendido entre las 2 y las 4 semanas.

Un remedio casero que recomiendan los médicos para paliar sus efectos es aplicar compresas húmedas y frías sobre el área irritada durante 15 o 30 minutos.

Ya en el ámbito médico, existen cremas y pomadas específicas para aliviar las erupciones. Suelen llevar esteroides y es necesario aplicarlas una o dos veces al día durante el tiempo establecido por el doctor. También hay cremas humectantes y emolientes que favorecen la hidratación y regeneración cutánea.

Asimismo, cuando nos encontramos en pleno brote o estamos entre los casos más graves nos pueden recetar corticoesteroides, antihistamínicos o antibióticos por vía oral. Reducen la inflamación, alivian la picazón y combaten las infecciones respectivamente.

Conclusión

En definitiva, aunque la dermatitis de contacto no es una afección de riesgo, sí puede acabar alterando nuestro ritmo de vida cotidiano. Si nos encontramos ante irritaciones y erupciones que limitan nuestra actividad, es necesario contactar con un médico para atajar cuanto antes el asunto. Solo con un buen diagnóstico se podrán conocer, tratar y eliminar las causas que provocan su aparición.

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