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A continuación, se analizan cuáles son sus beneficios principales y por qué sería recomendable añadir la cúrcuma a la dieta de forma regular.
¿Qué es la cúrcuma?
Aparte de una especia que se utiliza de forma generalizada en la gastronomía hindú y africana, es el resultado de moler la raíz de una planta herbácea proveniente de la India. Curiosamente, en este país se consume a menudo tanto por su peculiar sabor como por sus propiedades medicinales.
¿Cuáles son los beneficios de añadir la cúrcuma a la dieta?
Antes de exponer los beneficios, sería interesante repasar para qué se usa en su país de origen de forma regular.
- Como colagogo, dado su poder para favorecer la expulsión de la bilis.
- Dada su capacidad neuroprotectora, que permite fortalecer la memoria evitando así dolencias cognitivas de cierta gravedad. Se usa en platos a degustar por personas de todas las edades.
- Como analgésico o antiinflamatorio. Una infusión logra rebajar la intensidad del dolor o la inflamación fácilmente.
- Como antibiótico natural, ya que es una planta bactericida, fungicida y antiviral.
- Como cicatrizante.
- Para bajar el nivel de colesterol en la sangre.
- Para la eliminación de los radicales libres del organismo provocando así el fortalecimiento del sistema inmunológico. Es muy efectiva para prevenir la aparición del cáncer.
Los últimos estudios médicos también confirman su eficacia en los siguientes supuestos.
Dolencias digestivas
Se ha confirmado su eficacia para el tratamiento de la dispepsia, la gastritis, la digestión lenta e incluso la falta de apetito. Su consumo aumenta la secreción de jugos gástricos y pancreáticos. Además, equilibra el pH del estómago y del páncreas lo que mejora el funcionamiento del aparato digestivo. Su poder carminativo elimina los gases acumulados en el intestino. Es muy eficiente para tratar la atonía estomacal y los cólicos.
Mejora de la función hepática
La curcumina ayuda a evitar la formación de piedras en la vesícula biliar, ayuda al hígado a eliminar tóxicos. Es recomendable para pacientes con cirrosis, ictericia, dolencias hepáticas y problemas relacionados con la vesícula.
Refuerzo del tratamiento de diversos tipos de cáncer
Se ha confirmado que su consumo permite recuperarse antes del cáncer de colon, de piel, de mama y de duodeno. Además, es muy eficiente para paliar los efectos secundarios provocados por la quimioterapia.
Disminución de los síntomas de enfermedades reumáticas
Dolencias como la artritis reumatoide o el síndrome del túnel carpiano provocan un dolor intenso y continuado. Consumir esta sustancia antiinflamatoria ayuda a sentir menos molestias.
Depresión
En la medicina tradicional asiática, la curcumina se utiliza para controlar los síntomas de la depresión y de otras alteraciones psicológicas o psiquiátricas. Su poder ayuda al sistema nervioso a recuperar sus funciones progresivamente incidiendo en el estado de ánimo de la persona de forma positiva.
Problemas cardíacos
Aparte de reducir los triglicéridos, ayuda a prevenir los infartos al conseguir, con enorme eficacia, mantener el equilibrio de la presión arterial de forma constante.
Infecciones o alteraciones del sistema inmunológico
Sus polisacáridos y los minerales que contiene, especialmente el zinc y el cobre, ayudan a que las defensas se fortalezcan ante cualquier amenaza. Es idónea para situaciones de estrés y también para su consumo habitual ya que ayuda a prevenir enfermedades comunes.
Problemas en el aparato respiratorio
Por su contenido en antioxidantes, ha demostrado su eficacia en el tratamiento de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). También es adecuada para tratar enfermedades como la bronquitis o el asma.
Enfermedades cutáneas
Es muy efectiva para eliminar las infecciones de la piel como el pie de atleta. Su uso tópico puede ayudar a rebajar la intensidad de los síntomas de la psoriasis.
Usos en la gastronomía
Son múltiples y, desgraciadamente, no son demasiado populares en la cocina española. Básicamente, se puede utilizar en dos formatos:
- Molida. Es la que se puede comprar en cualquier supermercado y procede de la raíz de la planta en crudo.
- Refinada. Proviene de un proceso químico en el que se extraen las sustancias más beneficiosas de la planta.
Su presencia en todo tipo de alimentos es cada vez más frecuente dado su poder como colorante. Se puede identificar en la etiqueta de cualquier alimento por el código E100. Es habitual su presencia en productos como los batidos, la mantequilla y la mostaza entre otros.
Es importante tener en cuenta que la dosis habitual es una cucharadita de postre para una olla de tamaño mediano. Combina muy bien con el arroz, las sopas, la carne y el pescado. Su sabor puede ser muy intenso para algunos paladares, pero se puede suavizar con otros ingredientes complementarios.
Para que su ingesta sea saludable, se aconseja tomar media cucharadita de cúrcuma diluida en agua caliente. Solo así se logra el objetivo de beneficiarse de las propiedades arriba descritas.
Contraindicaciones de la cúrcuma
No se recomienda el consumo de cúrcuma a personas con problemas hepáticos graves y tampoco a las embarazadas. De tener otro tipo de enfermedades digestivas o de cierta gravedad, es recomendable confiar en un buen seguro médico que cuente con especialistas que ayuden a tomar la decisión más adecuada.
De no encontrarse dentro de cualquiera de los supuestos antedichos, el consumo habitual de cúrcuma termina mejorando el estado de salud de forma natural y progresiva. Acostumbrarse a su sabor es más fácil si se va añadiendo poco a poco a las recetas que se consumen habitualmente.
Solo así es posible ir notando la mejora gradual de los síntomas que generan diversas enfermedades y terminar consiguiendo el objetivo de reforzar el organismo frente a cualquier amenaza a su estado de salud. Descubrir otras recetas siempre es positivo también para convertir cada comida en una experiencia distinta y más reconfortante.
Conclusión
La cúrcuma ha demostrado su eficacia como medicina natural desde hace siglos. Su consumo habitual puede ser la mejor herramienta para luchar contra enfermedades digestivas, reumáticas y de diversa índole. Incorporarla a la dieta es, por lo tanto, una decisión tan sabia como acertada.
