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5 consejos para cuidar la salud de los pies en verano

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Los pies sufren en épocas calurosas debido a las altas temperaturas y a la presencia de humedad. Por ello es necesario contar con algunos tips que nos permitan cuidar los pies en verano. Durante estos meses la presencia de las altas temperaturas favorece el uso de calzado fresco y ligero, el cual no siempre se caracteriza por contar con una buena sujeción.

Este tipo de calzado, como sandalias o chanclas, deja expuestos nuestros pies a los rayos dañinos del sol, y también puede ocasionar algunos problemas, como durezas o lesiones. Es muy importante cuidar de la buena salud de los pies, y evitar así dolores, hongos o malos olores.

Importancia de cuidar de la buena salud de los pies

Debemos enfatizar el cuidado de la buena salud de los pies durante todo el año. Sin embargo, como ya hemos dicho, cuidar los pies en verano toma aún más importancia. Motivados por el calor, las vacaciones y el cambio de nuestra rutina, muchas veces nos olvidamos de esta parte tan importante de nuestro cuerpo, lo cual puede ser perjudicial.

La correcta higiene es un aspecto fundamental en este sentido, porque así evitamos hongos y la producción de bacterias. Es recomendable lavarlos todos los días con jabón, y cuidar que las uñas estén siempre limpias. Además, no es recomendable compartir toallas o calzado.

Consejos para el cuidado de los pies en los meses de verano

Hay que tener en cuenta que sudamos mucho en verano, y por tanto se deben tomar precauciones para evitar que el sudor ocasione problemas en nuestros pies. Además, durante el verano solemos estar más activos y realizamos actividades al aire libre. Por ello, hay determinados aspectos que se deben tener en cuenta si no queremos enfrentarnos a posibles problemas.

1. Calzado ligero pero con sujeción

Un error común que cometemos en verano es abusar del uso de las chanclas. Es evidente que el calor nos produce malestar y que por ello optamos por calzado fresco, pero las chanclas no ofrecen una adecuada sujeción. Esto nos fuerza a tratar de reforzar el agarre con los dedos, dando lugar a una pisada antinatural.

Podemos prevenir la aparición de torceduras, luxaciones, esguinces o tendinitis al sustituir las chanclas por sandalias. Estas son igualmente frescas, pero ofrecen mayor sujeción gracias a sus tiras, velcro o hebillas. Vigilar que estas sandalias sean de tacón medio bajo ayudará a que el pie tome su forma natural al caminar.

2. Senderismo y deportes al aire libre

El uso de buen calzado deportivo contribuye a cuidar la salud de nuestros pies. Especialmente cuando no estamos habituados a realizar actividades deportivas, podemos someter los pies a un exceso de actividad y provocar dolores, cansancio o lesiones.

Con el uso del calzado adecuado disminuimos los riesgos al practicar este tipo de actividades. Sin embargo, no es recomendable pasar todo el día con zapatillas para evitar problemas de sudoración.

3. Cuidar de los pies en verano con hidratación frecuente

El calor evapora el agua de la piel de los pies, que frecuentemente va expuesta durante los meses de verano. Esta evaporación produce resequedad y agrietamiento en zonas como los talones o las plantas de los pies. Para combatirla, es necesario hidratar frecuentemente los pies con cremas especiales para ese fin.

Tomando en cuenta que las altas temperaturas son las que generan deshidratación, lo más recomendable es aplicar estas cremas justo antes de salir de casa, en lugar de hacerlo solo por las noches como es lo que usualmente se recomienda.

4. Cuidado con el uso de esmalte

No es recomendable utilizar esmalte de uñas, ya que este producto las debilita. Sin embargo, en los meses de verano mostramos nuestros pies la mayor parte del tiempo, por lo que lo más recomendable es utilizar esmalte de uñas no permanente.

El esmaltado permanente está muy desaconsejado, no solo porque debilita la uña sino porque además impide que esta transpire con normalidad. Esto puede ocasionar problemas como la acumulación de bacterias que producen malos olores y el desarrollo de hongos.

5. Un buen seguro de salud

Las personas que presenten deformaciones en los pies, tales como pie plano, no deben andar descalzas por zonas que ofrecen poco soporte: es el caso de la arena de la playa. Es recomendable andar con calzado adecuado para estos momentos, que ofrezca un poco de agarre y soporte al pisar. Si ya presentamos este tipo de problemas y andamos descalzos, lo único que conseguiremos es deformar más aún los pies, ya que al andar o pasear estamos favoreciendo la mala pisada.

Si sabemos cuidar los pies en verano podremos disfrutar de nuestras vacaciones sin preocuparnos por maltratar esta zona de nuestro cuerpo. Además, es importante contar con un buen seguro de salud que nos ofrezca cobertura adecuada en caso de que suframos alguna lesión o problema podológico.

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