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¿Cuánto ejercicio deben hacer los niños?

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Introducción

Hace unos años los niños solían jugar y divertirse todos juntos en la calle. El barrio era el lugar típico para emplear las horas de ocio con los amigos y vecinos. Sin embargo esta tendencia ha cambiado. A día de hoy todos, los niños incluidos, nos hemos convertido en unos grandes consumidores de pantallas azules.

Pasamos horas y horas delante de la televisión, teléfono móvil, ordenador, tablet, etc. Esto repercute directamente en la cantidad de ejercicio que hacen nuestros hijos durante el día.

La obesidad se abre paso

De la mano del dato de la baja práctica de deporte en nuestros más pequeños viene el de la obesidad infantil, la cual muestra una tendencia al alza en prácticamente todos los países, inclusive en los que tenemos una dieta mediterránea. Este dato cada vez preocupa más a madres, padres y expertos de la salud.

Regular las pantallas y organizar el ocio

Una buena medida para combatir este sedentarismo infantil y luchar de esta forma contra la obesidad es regular y organizar el ocio. Realizar horarios para el uso de las videoconsolas, ordenador, tablet, etc., limitándolo a un par de horas semanales (a poder ser en fin de semana) es un buen paso para comenzar.

Asimismo, organizar ratos de ocio al aire libre con ellos es una buena forma de animarlos a hacer deporte. Realizar rutas sencillas de senderismo los domingos en familia, pasear por la tarde antes de la hora de la cena o salir a montar en bicicleta los sábados, son algunas ideas que podemos poner en práctica.

En general, las actividades que propongamos en familia serán siempre atractivas para los más pequeños de la casa, ya que a ellos les encanta pasar tiempo con sus padres.

¿Qué cantidad de ejercicio es el indicado para mi hijo o hija?

Lo primero es quitarnos de la cabeza el concepto de ejercicio que tenemos como adultos. Si bien es necesario que nuestros hijos hagan ejercicio de forma más o menos constante durante el día, esto no significa que tengan que estar jugando al fútbol, baloncesto o practicando algún deporte durante 8 horas.

Lo primordial en los niños, sobre todo en la etapa de la niñez hasta la adolescencia es el movimiento constante. Intentar que nuestros hijos jueguen en casa, bailen, salten o se arrastren es ya en sí mismo un ejercicio físico. Tampoco necesitamos grandes esfuerzos para complementar este ejercicio en casa. Pequeños gestos como ir al colegio andando, pasear por las tardes o ir al parque son suficiente ejercicio para mantener una vida sana en nuestros más pequeños.

Todo este ejercicio puede complementarse con la práctica de algún deporte de manera extraescolar. De forma que nuestro hijo, aparte de ganar las ventajas cardiovasculares de pasear y andar, pueda potenciar también otras partes de su cuerpo vía deporte.

No todo es fútbol

Muchas veces, cuando pensamos en deporte para practicar, lo primero que se nos viene a la cabeza es el deporte más famoso en la mayoría de los países europeos: el fútbol. Pero puede que nuestros hijos no tengan tanto interés en dicho deporte. Esto puede ocasionarles aburrimiento, que perciban el deporte como algo negativo o se frustren.

Abrir el abanico de posibilidades a nuestros hijos puede tener muy buenos resultados en ellos. Ofrecerle otro tipo de actividad como las artes marciales, el baloncesto, tenis, deportes de pista como el atletismo, apuntarles a algún club de ciclismo de nuestra localidad o barrio, natación u otras actividades. Las posibilidades son casi infinitas.

Lo primordial es que nuestro hijo perciba el deporte como algo positivo y agradable. Ya que cuando entre en la etapa de la adolescencia su actividad física tenderá a disminuir. Si hemos conseguido que de pequeños se aficionen a algún deporte, aumentaremos las posibilidades de que cuando sean adolescentes continúen practicándolo.

Una dieta sana, el complemento perfecto

Todos sabemos los beneficios de una dieta sana pero durante la infancia y adolescencia de nuestros hijos es algo clave y que va de la mano con el ejercicio.

Evitar las grandes cantidades de azúcares y ultraprocesados ayudará a nuestros hijos a tener una mayor energía para realizar deporte. Asimismo, comer variado, incluyendo en la dieta verduras, pescados y carnes nos proporcionará a nosotros y a nuestros hijos las proteínas necesarias para realizar la actividad física que necesitamos.

Regular el descanso de los más pequeños

Por otro lado y aunque suene obvio, nadie puede realizar ejercicio o actividad física alguna si está agotado. Por eso, es importante regular correctamente el descanso de nuestros hijos. Evitar que trasnochen o se acuesten excesivamente tarde es clave. Incluso durante el fin de semana, no deberíamos de retrasar la hora habitual de irse a la cama más allá de una hora.

Cenar ligero antes de dormir, dejar un espacio de al menos media hora para reposar la comida y seguir una rutina antes de acostarles son pequeños detalles que ayudarán a que el descanso de nuestros hijos sea verdaderamente reparador y útil, de forma que al día siguiente tengan la capacidad de seguir realizando ejercicio.

El apoyo desde la maternidad 

Nuestro papel como madres y padres es vital en este aspecto. Como hemos comentado arriba, las actividades en familia son las que más atractivas van a parecer a nuestros pequeños, aunque consistan en un simple paseo. Si optamos porque vayan andando al colegio, acompañarles le va a dar un atractivo extra para ellos. Y obviamente todo lo que gira en torno a su dieta, organización del ocio y el sueño, corre por nuestra cuenta.

Conclusión: ejercicio constante y salud

En definitiva todo gira en torno a llevar una vida saludable y huir del sedentarismo. Evitar las pantallas, pasar más tiempo con los más pequeños, llevar una dieta completa y sana y buscar un descanso de calidad son las claves para conseguir complementar correctamente la actividad física.

 

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