Los frutos secos son peligrosos para los niños menores de cuatro años porque existe el riesgo de aspiración hacia el pulmón.
Es muy habitual que los niños pequeños se atraganten comiendo o llevándose objetos a la boca, causándoles obstrucciones en las vías respiratorias. Cabe destacar que entre el 60%-80% de los atragantamientos son ocasionados por los por los frutos secos, destacando los cacahuetes.
Los médicos y especialistas en pediatría recomiendan posponer hasta los cinco o seis años la ingesta de frutos secos para evitar el riesgo de asfixia, permitiendo su consumo si están molidos. El problema está en que los niños pequeños no mastican muy bien los alimentos y existe el riesgo de aspiración hacia los bronquios o los pulmones.
Jordi Pou, coordinador del comité de Seguridad y Prevención de Lesiones Accidentales de la Asociación Española de Pediatría (AEPED), indica que si presenciamos un atragantamiento y el niño no puede expulsar el trocito de alimento tosiendo, tenemos que realizar una broncoscopia (introducir un pequeño tubo flexible por la laringe para ver y extraer el trozo de alimento atascado para evitar que se el niño se asfixie).
Recomendamos a los padres cortar o partir parte del alimento en trozos fáciles de morder y estimular al niño para que mastique bien el alimento, no dejar objetos pequeños a su alcance o que no manipulen juguetes o aparatos eléctricos que contengan pilas de botón.
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